Seguramente ayer los informativos de horario central hayan tenido una numerosa audiencia entre los vecinos del barrio capitalino Nuevo París. El motivo: muchos de los niños del barrio aparecerían en la pantalla durante la entrega de la ceibalita número 1.000.000, pero en formato tablet.

Algunos fueron entrevistados, otros filmados en el borbollón, y no faltaron los que posaron expresamente frente a las cámaras mientras autoridades nacionales daban su testimonio sobre el acontecimiento. Varios preguntaban de qué canal se trataba y comentaban que estarían pendientes de la televisión.

El protocolo en el acto se venía cumpliendo desde el arranque a pesar de la excitación generalizada, tanto de los niños por una jornada singular, como de los docentes, responsables del Plan Ceibal y jerarcas de gobierno, en estos últimos casos por la meta alcanzada. Se venía cumpliendo hasta que tres estudiantes recibieron sus máquinas, y luego de que invitaran al presidente José Mujica a recorrer la huerta del centro educativo. Una vez que Mujica salió del espacio verde cercado, al que no pudieron acceder las cámaras para evitar que los cultivos (verduras y flores) fueran pisoteados, todos los escolares y los padres que quisieron pudieron sacarse fotos con él. Cada cual sonreía en dirección a su cámara, mientras que Mujica miraba a todos lados y a ninguno a la vez. La primera en animarse fue una mujer que se apalabró a los guardias de seguridad y antes de que el presidente abandonara el recinto de la huerta se abalanzó sobre él. Antes había entregado su cámara de rollo a la diaria y dijo: “Esta foto la voy a mandar a España, así que tiene que salir bien”. Una vez que estuvo pegada al mandatario e hizo la primera toma, hizo señas para que se siguieran sacando fotos. Es así que presionamos hasta que el rollo comenzó a rebobinarse automáticamente. Finalmente, la señora agradeció y repitió cuál sería el destino de las fotos, y no dudó de que el producto sería bueno, aunque el formato utilizado no le permitía saberlo todavía.

Día de fiesta

Paola, madre de Melina y de Agustín, que cursan sexto y tercer año en la escuela, respectivamente, expresó que el de ayer fue “un día importante” que “va a marcar a los niños para toda la vida”. Valoró las anécdotas que Mujica contó, de cuando era chico, como un “estímulo” para los niños. Así como él llegó a ser presidente, ellos también pueden “llegar alto”, señaló.

Por su parte, Cristina, la maestra de segundo año, opinó que tanto estudiantes como padres estaban “felices y contentos”. Agradeció la visita del presidente a un centro de enseñanza donde “nos cuesta mucho el trabajo que hacemos, pero tenemos muchas gratificaciones, a pesar de las carencias”. No negó que la celebración tuviera un tinte político, pero matizó la cuestión: “Todo es política, pero bueno, nosotros nos quedamos con lo positivo y con la felicidad de ellos”. “Todos nuestros gobernantes, los hayamos votado o no, saben de las carencias que tenemos; no es un momento para reclamar. Uno podría decir que es una oportunidad, pero en realidad creo que en una escuela no se necesita reclamar porque ellos ya saben cuánto necesitamos”, afirmó.

Los docentes aprovecharon la presencia de autoridades y medios de comunicación para mostrar los aspectos más positivos del centro. Además de la huerta, indicaron que se desarrollan talleres de hip-hop, de danzas folclóricas y de salsa. La maestra contó que los padres participan, y los que se mantienen más alejados, “cuando son llamados, vienen”.

Miguel Brechner, presidente del Plan Ceibal, destacó que el programa “es un logro increíble”. “El mundo nos ve y nos admira; esto nos permite que cualquiera de los estudiantes, de distintos grados, puedan acceder a información y desarrollarse”, destacó. “Desarrollar aspectos cognitivos, su intelecto, sus juegos; es un mundo nuevo que sería impensable si no tuviéramos la 
estructura”.

En relación a los docentes que todavía resisten la incorporación de las ceibalitas en el aula, señaló que “Primaria marcó su política”. “Ceibal es parte de la sociedad uruguaya, entonces yo tengo mucha confianza en que tanto en primaria como en secundaria van a resolver los problemas de gente a la que no le gusta usar las computadoras”. Recordó que ha habido importantes avances tecnológicos y que en 2006, menos de un tercio de los maestros tenían computadoras o sabían utilizarlas, mientras que seis años después, 95% tiene una computadora adicional a la del Plan Ceibal. Asimismo, se han ofrecido cursos de capacitación para docentes en todo el país. Por último, recordó una parte de la oratoria del presidente, cuando sostuvo que “algunos dicen que la computadora sola no enseña; las tizas y el pizarrón solos, tampoco; el lápiz y el papel, tampoco”.