A nadie le gusta perder. Eso es una verdad tan cierta como que la pelota es redonda y pica. Desde que el deporte es competencia, lo importante es (ella y) ganar. Ahora, que River Plate y Peñarol hayan ganado en detrimento de Danubio y Nacional, respectivamente, hizo que el campeonato se electrizara. Tres fechas que serán apasionantes. Y eso también le hace bien a la competencia, más allá del sentimiento del hincha. Clásicos son clásicos. Hemos escuchado esa frase desde el nacimiento hasta ayer. Y hoy la seguimos. El partido de Nacional y Peñarol se robó la tarde del domingo en todo el país. La gente copó el estadio Centenario. Cinco sentidos dispuestos, globos de colores, papel picado, cánticos apasionados, 30 grados y un sol radiante; pasión de multitudes. Cada partido es un historia. Prima el juego y los testimonios futbolísticos; también aparece la rivalidad, el deseo, la motivación, el orgullo, los colores, ganar la punta o bajarlo del copete. Ganarte a vos por vos, y, sobre todo, ganarte a vos por mí. Ésa es la esencia, eso es lo que no entienden los pocos imbéciles de siempre. Lo cierto es que Peñarol y su Tito sumaron un clásico ganado más. Por Cabecita (Rodríguez) y por Luis Aguiar. Por aprovechar las oportunidades y mandarla adentro, también. La mitad de la tabla es el lugar del carbonero, pero la felicidad de ganar el partido es intransferible. Más cuando no hay objetivos ciertos adelante. Nacional perdió la chance de ser el puntero en solitario. Apenas si habló en Chino al final, pero no se entendió mucho.
River Plate ganó a Danubio a domicilio y ambos comparten la punta con 26 unidades, cuerpo a cuerpo. El equipo del Cañón tuvo pie en Pereira y Olaza y manos en Frascarelli. Los dos primeros golearon rápido (incluso ampliando el marcador) y el arquero contuvo un penal que a la postre sería clave. A River Plate se lo daba por desin- flado, poco más que pinchado, y de repente apareció. Si algo se deduce de estos dos partidos, es que subestimar siempre puede ser un búmeran. La franja, derrotada, imploró y vio el rédito un día después. Sigue primera, pese a la caída. Todos aferrados al rezo “la suerte del campeón”. En tres fechas hay dictamen.
Once goles no se ven todos los días. Lo del Renta fue tremendo, un aperitivo de aquellos, cuando parecía que la cometa de la farola trepaba y trepaba. Si algún trasnochado se despertó al mediodía, seguro que pensó que seguía soñando. Flor de sueño rojo, o terrible pesadilla violeta. David Terans estuvo más despierto que todos y empató con su doblete personal. Si eso ya fue bastante increíble, luego vino el gol del estribo de Fernández. Un marcador tan sorprendente como hazañoso, que quedará impregnado en las retinas de los hinchas colorados.
El grueso del fútbol se jugó el sábado, en el que abundaron los partidos que miraban abajo, al descenso. En Florida, El Tanque Sisley desaprovechó una oportunidad linda de meterse en la definición al no poder ganarle a Racing, que como si fuera poco, venía cascoteado por dos derrotas consecutivas. Como en las murgas, lo mejor del equipo del Doctor Möller fueron las puntas: empezó ganando y terminó empatando. En Sayago también saben, y mucho, de murga. Apostaron al hilo conductor y sus puntos altos estuvieron en el medio. Liverpool sí aprovechó y ganó gracias a la asociación directa de los pibes de su cantera. El negro de la cuchilla lleva ocho partidos en cadena, invicto. Fénix no levanta y es el último de la tabla, un punto por debajo de Juventud. Los pedrenses empataron un partido que perdían por dos goles con Cerro. Ambos se miran allá en lo bajo, por más Maravilla y Romário que tengan. En situación bastante similar van Miramar Misiones y Cerro Largo. El cebrita ganó su primer partido desde que cambió de entrenador y rompió una racha de malos resultados, cuando parecía que terminaba en empate. Ramos, uno de los héroes del ascenso, convirtió el gol del triunfo en los descuentos. Otro de los partidos del sábado fue entre dos irregulares que están en la mitad de la tabla: Wanderers y Sud América. El del Prado ganó por la chapita del penal en el Martínez Laguarda e hizo 20 puntos. Seis puntos detrás de los punteros, a falta de 9. Te enteraste tarde, bohemio, no creo que te dé.
Quedan tres fechas. Danubio va con Rentistas, El Tanque y la IASA. A River Plate le resta jugar con El Tanque, Racing y Defensor Sporting. Mientras que a Nacional le queda Cerro, Miramar Misiones y Fénix. A ver quién saca distancia para definir y quedar primero solo. Si empatan dos en la primera posición habrá definición en un partido extra. Y si empatan los tres, se tomará en cuenta el artículo 62 del reglamento y su propuesta de desenlace para posiciones empatadas: a) diferencia de goles; b) número de goles marcados; c) resultado de los encuentros disputados entre sí y d) sorteo. Así saldrán los dos finalistas. Serán tres fechas palpitantes.