Ganó Peñarol. Y es noticia. El equipo del Tito Gonçalves jugó mal y padeció un partido que Fénix, con poco, le complicó desde el inicio y en el final. Carlos Núñez abrió el marcador en el primer tiempo y Jonathan Rodríguez estiró la ventaja en la segunda etapa, mientras que Maximiliano Pérez descontó para los capurrenses. Peñarol preparó el clásico con victoria, lleno de dudas y con variantes inesperadas, como la salida de Antonio Pacheco, que no jugó ni un minuto ayer.
“Nos vamos a ver”, cantaba la gente de Peñarol, unos cuantos minutos antes de la finalización del partido. Es que muchos ya tenían la cabeza en el domingo próximo, cuando se jugará el clásico ante Nacional. Pero el partido no estuvo definido ni mucho menos hasta el final, porque Maxi Pérez puso el descuento para Fénix cuando faltaban 15 minutos y llenó de nervios a Peñarol, que sufrió durante el último tramo del match. Incluso Fénix lo podría haber empatado con un tiro de esquina de Hernán Novick que se le cerró a Danilo Lerda y que habría sido olímpico, pero pegó en el palo. Increíble. Es que el fútbol tiene esas cosas, Peñarol atacó por primera vez en el primer tiempo y llegó al gol: Luis Aguiar se la pasó a Mauro Fernández, el muchacho de Puerto Madryn desbordó por la derecha a pura velocidad y mandó el centro al medio del área, ahí la recibió Carlos Núñez y la mandó a guardar con un tiro cruzado. 1-0 y pelota al medio, cuando la posesión del balón y el dominio eran de Fénix. Lo había tenido en dos ocasiones clarísimas Cecilio Waterman, que quedó mano a mano con Lerda y tapó el golero, primero con el pecho y después con la pierna. Ya con el resultado a favor de Peñarol, Waterman tuvo su tercer mano a mano y lo que sería casi su última jugada dentro de la cancha, porque el golero aurinegro se le tiró con todo y el panameño intentó volver pero unos minutos después tuvo que ser reemplazado por Leo Melazzi. Roberto Silvera no cobró el penal.
El partido estaba flojito y los entrenadores comenzaron a ensayar cambios, sobre todo ofensivos. Juan Tejera puso a Juan Manuel Ortiz y el Tito mandó a Marcelo Zalayeta, Lolo Estoyanoff y Japo Rodríguez. ¿Un poco de fútbol? Tampoco. Lo que sí llegó fue el segundo gol aurinegro, con una gran jugada de Luis Aguiar, que fue hasta el fondo y mandó el pase hacia atrás, donde estaba el Cabecita Rodríguez para mandarla a guardar. El gol que le podría haber dado la serenidad necesaria a Peñarol para llevar el partido hasta el final generó un nerviosismo general ines- perado. Afuera y adentro. Y Fénix siguió, con Hernán Novick impreciso pero con la calidad de siempre para pasar la pelota, con subidas de Rodrigo Rojo, con la velocidad de Leonardo Melazzi y Omar Pérez. Y llegó el descuento.
Lo que vino después fueron minutos de sufrimiento para los carboneros, y ya con los cambios hechos, la particularidad de que Antonio Pacheco, el capitán, después de mucho tiempo, no estuvo ni un minuto en la cancha. El domingo que viene, Peñarol visitará a Nacional en el Centenario. Es fútbol y todo puede pasar.