El viernes cerraron las inscripciones en las carreras que dependen del Consejo de Formación en Educación (CFE) y, según informó la directora del desconcentrado, Edith Moraes, venían transcurriendo a un ritmo que estaba “dentro de lo normal y esperable”. Aclaró que las inscripciones a los distintos profesorados y a magisterio “no son el problema más grave” que tiene Formación Docente, sino que “el más grave es el egreso”. La demora en el tiempo de titulación de los estudiantes es lo que preocupa y para lo que las autoridades educativas diseñaron diversas estrategias.

“Sólo uno de cada diez egresa en tiempo y forma”, establece el informe “Factores que influyen en la duración de las carreras de formación docente”. El documento fue elaborado por la consultora Cifra en 2012 y presentado en noviembre de ese año, y su objetivo central era identificar los factores que inciden en la duración real de las carreras de formación docente de todo el país. Allí también se determinó que en los primeros años de carrera abandona el grueso de los estudiantes, puesto que un tercio no llega a dar ningún examen y el número de alumnos disminuye año tras año entre 10% y 15%.

En la investigación también se analizan los factores que influyen en la deserción o enlentecimiento de la carrera, y la respuesta está en que la mayoría de los estudiantes estudia y trabaja. “Por tanto, no puede dedicarle todas las horas anuales que requiere por año este plan de estudios”, detalló Moraes. Seguidamente especificó que el plan de estudio de las distintas carreras docentes es “muy valorado” por aspectos como “la alta carga horaria de la práctica”. En el caso de magisterio la formación por medio del ejercicio se da a partir de segundo año, mientras que en secundaria es en los últimos años.

Para la directora general del CFE, la solución no pasa por reducir la duración de las carreras sino por regular la carga horaria. En relación a la extensión, recordó que hasta 2005 magisterio era de tres años y luego aumentó a cuatro, mientras que profesorado se mantiene en cuatro años desde la década del 80. “La duración y el tiempo de estudio forman parte de uno de los atractivos. Con esto no estoy queriendo decir que haya que bajar los cuatro años. Profesionalizar la docencia implica que esté al nivel de una carrera universitaria”, indicó.

En 2013 el plan de estudios será revisado para ver cómo lograr un equilibrio entre horas y calidad de formación. “Algo de la carga horaria del plan va a tener que disminuir”, adelantó. Consultada sobre la posible pérdida de calidad, enfatizó: “Un buen diseño curricular no está basado en la carga horaria. Más cantidad de horas no garantiza mejor formación. La mejor formación pasa por ver cómo se está organizando todo lo que requiere el futuro docente para poder desempeñarse como tal. Eso no pasa por mirar aspectos cuantitativos sino aspectos más cualitativos; qué vivencias, qué experiencias, cómo se enfrenta a la realidad el estudiante, qué capacidades desarrolla, cómo se instrumenta intelectual y prácticamente”.

Para justificar la necesidad de revisión del plan, comparó la carga horaria que se exige en una licenciatura universitaria con la que tienen los maestros: “Una licenciatura tiene como exigencia una carga horaria mínima de 2.700 horas y nosotros estamos teniendo una carga de 4.600 en nuestro plan de estudio”.

Lo importante para las autoridades es que cierre la proporción esperada: “Si hoy entraron 100 alumnos es bueno que dentro de cuatro años egresen 100 alumnos, pero si egresan 30, y en vez de hacerlo en cuatro lo hacen en seis, ahí se prende una luz roja y hay una alerta que tenemos que atender”, puntualizó.

Al inicio del año lectivo, en la mayoría de los departamentos, la cantidad de docentes resulta adecuada; sin embargo, las reales complicaciones se producen a medida que avanza el año y faltan recursos humanos para cubrir las licencias. La cosa se complica aún más si se trata de docentes de áreas científicas de educación secundaria como matemáticas o física.

Seguimiento

En educación inicial y primaria en los últimos años se logró prácticamente la titulación de 100% de los docentes que dan clases en las escuelas. La historia no se repite en Secundaria y Educación Técnico Profesional. En la lista de propuestas diseñadas para impulsar la titulación de los profesores se ofrecen becas económicas y apoyos académicos. Con respecto al sistema de subsidios hay distintas modalidades: a algunos se les ofrece becas completas que incluyen alojamiento, comida y transporte (fundamentalmente en el interior del país) y hay otras que contemplan menos aspectos. Asimismo, en magisterio hay becas que se gestionan mediante el Fondo de Solidaridad, cuyo pago se concreta en cuotas, en función de las materias rendidas y el avance en la carrera.

El apoyo académico contempla tutorías docentes. Moraes dijo que se hizo un llamado de 117 cargos para docente orientador educacional, los que se desempeñarán en los 31 centros de formación docente. Éstos tendrán la función de orientar a los estudiantes y vincularlos con los profesores responsables de las asignaturas para que realicen las tutorías, las cuales están contempladas en las horas de docencia indirecta que forman parte del salario. También estarán a cargo del control de las becas.