En enero, la industria creció 2,5% en comparación al mes inmediato anterior y lo hizo en 5,7% en relación al mismo mes de 2012. El sector fue el más afectado por la crisis internacional que determinó una caída de la demanda externa de productos manufacturados. A su vez, el mal desempeño de la industria fue el elemento determinante en la desaceleración de la economía brasileña, que había crecido 7,5% en 2010 y 2,7% en 2011.

La producción industrial ya había reaccionado en diciembre, cuando creció 0,2% en la comparación con noviembre luego de meses de que se registraran caídas respecto de los meses anteriores. Con la reactivación de las líneas de fabricación, la retracción de la producción de la industria acumulada en 12 meses, que en diciembre era de 2,6%, cayó a 1,9% en enero. Según el IBGE, de los 27 sectores analizados, 18 crecieron en enero con respecto a diciembre. El que más lo hizo fue el automotriz, 4,7%. Esta reacción se da luego de que a principios de 2012, por efecto de la retracción exportadora, muchas terminales impusieron un período de vacaciones para su personal, discontinuando la fabricación.

Otros sectores de fuerte incidencia que también lograron mejorar en enero fueron refinación de petróleo y producción de etanol (5,2%), máquinas y equipos (5,7%) y farmacéutica (5,6%).

Pesimistas

El repunte industrial llega en un momento de pesimismo respecto de la inversión productiva. Una larga lista de medidas que incluyen recortes de la tasa de interés (de 12,5% a 7,5% en un año), caída del valor del real, exoneraciones impositivas a empresas, expansión del crédito y reducción de las tarifas energéticas no estaban dando el resultado esperado.

Por eso la presidenta Dilma Rousseff anunció el mismo viernes que los productos de la canasta básica quedarían eximidos de impuestos federales, buscando que fuera el consumo el que impulsara el crecimiento. “Con esta decisión, usted, con la misma renta que tiene hoy, va a poder aumentar el consumo de alimentos y de productos de limpieza”, dijo Rousseff, quien agregó que esperaba que la reducción se trasladara a los precios. “Aprovecho para enviar un recado a nuestros productores y comerciantes, del campo y la ciudad: van a percibir luego cómo esa medida traerá una fuerte reducción de sus costos, y eso dará margen para la expansión de sus negocios”, señaló la presidenta.

Con la eliminación de impuestos Rousseff espera una reducción de 9,25% en el precio de alimentos como carne bovina, pollo, leche, café y granos, y de 12,5% en los artículos de higiene personal.

El anuncio coincide con la divulgación del índice de inflación, que en febrero aumentó 0,45% en comparación con el mismo mes de 2012. Durante su discurso, Rousseff dijo que el gobierno anunciará el 15 de marzo un paquete de medidas para estipular la defensa del consumidor como una política de Estado. En el Día Internacional de la Mujer la presidenta de Brasil se dirigió “a las amas de casa” y les dijo que gobierna el país con la misma responsabilidad con que “usted y su marido gobiernan su casa”.

La medida implica una “renuncia fiscal”, ya que el gobierno federal brasileño dejará de recibir unos 3.650 millones de dólares de dos impuestos destinados al sistema de previsión social.