Los carboneros consiguieron un triunfo valioso en la tarde sabatina del Centenario. Fue 2-0 y con mucha tranquilidad porque Bella Vista estuvo muy flojo, tanto en ataque como en defensa.

El primer gol llegó a los 18 minutos y todo parecía indicar que Peñarol no iba a tener problemas para solucionarlo y poder pensar en Vélez Sarsfield, el rival de mañana por la Libertadores. Lo hizo el Lolo, que tiene un rendimiento regular: juega siempre bien, está rapidísimo y encima hace goles. Si no estuviera Zalayeta, que es un crack, la figura indiscutida sería Estoyanoff. Fabián Larry le prendió de afuera del área y la bola se metió contra el palo izquierdo de Nanni. El resto fue un trámite para Peñarol, que manejó el balón a su gusto. Bella Vista se retrasó mucho y casi no atacó.

En el comienzo del complemento vino el segundo: Pilipauskas, que quiso rechazar la pelota, la terminó pifiando y se la dejó a Juan Manuel Olivera, que esperó la diagonal de Sebastián Gallegos y le dio un gran pase para que el chiquitín metiera un lindo zurdazo. 2-0 y chau, picho. Iban sólo 2 minutos y los espectadores, ya con la tranquilidad del resultado, pudieron disfrutar del buen fútbol de Antonio Pacheco, que jugó los segundos 45. Da Silva lo ha llevado de a poco, de manera progresiva. El sábado el Tony jugó muy bien, se paró de doble cinco junto a Novick y le dio rodaje al balón. También entró Nicolini y lo hizo bárbaro. Entre los dos le dieron buen trato al balón y Peñarol tuvo algunas situaciones más con las que podría haber aumentado la cuenta. Por el lado de Bella Vista se vio un equipo partido en dos. De todos modos, el papal hizo estirar a Bologna sobre el final del match.