El centro se va concretando poco a poco. En abril de 2011, cuando se conmemoraba el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, algunas madres, junto con la docente especializada en atención a personas autistas Raquel González Barnech, golpeaban puertas para conseguir un espacio donde desarrollar un centro diurno que con el tiempo se convirtiera en un hogar (ver la diaria del 01/04/11). Hacia finales del mismo año el Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública les cedió una propiedad en comodato por un período de diez años con derecho a renovación. En 2012 no se pudo avanzar por diversas trancas burocráticas; entre otras cosas, recién en enero de 2013 se concretó la instalación del agua potable. Además, los balcones deben ser reparados pero respetando la fachada de la casa, que es arquitectura patrimonial.

Ayer, en diálogo con la diaria, Ana Delgado (mamá de Martín, de nueve años), Ana Mendoza (mamá de Matías, de 20) y Teresita Jorge (abuela de Paulino, de 16) detallaron los arreglos que necesita la casa. Lo primero que harán será la instalación eléctrica. Jorge explicó que al inicio tenían la ilusión de bajar los altos techos y hacer reformas más de fondo, pero ahora “fuimos bajando las expectativas porque queremos empezar ya”. Para los arreglos y la limpieza de la casa esperan contar con ayuda. “Estamos por hacer un sueño realidad, pero es muy difícil. Necesitamos una ayuda muy grande. Necesitamos gente, grupos que nos ayuden a limpiar, que nos solventen con mano de obra gratis”, explicó Mendoza.

Las entrevistadas coincidieron al decir que el respaldo estatal para las familias con hijos autistas es casi nulo y sostuvieron que la situación empeora en estratos sociales más bajos. “Me imagino lo que será un autista en un ambiente socioeconómico menor que el nuestro, que somos clase media”, dijo Jorge. “Imaginate un autista en un asentamiento. A veces quedan a cargo de sus hermanos y se les corta su futuro porque la mamá sale a trabajar y ellos no pueden estudiar”, agregó Delgado.

Uno a uno

Trabajar con un método individual para la adquisición de hábitos será uno de los cometidos principales del centro. Ambas madres sostuvieron que existen propuestas educativas colectivas pero en éstas los niños y jóvenes autistas no logran adquirir hábitos básicos. “Ellos no aprenden en lo grupal, no aprenden por imitación como aprendemos casi todos, observando. Todo hay que enseñárselo directamente”, comentó Delgado.

La docente González Barnech detalló que la propuesta educativa contemplará esencialmente las características de las personas. Primero se apostará a conocer a los alumnos, a partir de lo cual se elaborará un programa individual que se irá desarrollando en acuerdo con las familias. Además, hasta que los muchachos se habitúen tendrán un docente referente que los acompañará durante la jornada.

Con el tiempo se trabajará en forma individual y colectiva en tres grandes áreas. El desarrollo de hábitos y rutinas es una de éstas. En este punto se incluyen, además de hábitos básicos como lavarse las manos o vestirse, modales de cortesía. También se profundizará en el desarrollo de potencialidades. Según la docente, es importante identificar fortalezas y debilidades de los jóvenes, para explotar unas y no olvidar otras. El objetivo es lograr la autonomía de la persona y que a futuro pueda desarrollar una actividad que lo gratifique. Por último, se abordará la interacción social y el relacionamiento con otros. “El fin es desechar esa imagen de que ‘no hace, no puede’. Por ahí llega a lugares a los que nunca nos imaginamos que podía llegar”, reflexionó la docente.

Si bien algunas de las madres están trabajando desde hace más de diez años para el desarrollo del centro que tienda a la educación más individualizada, imitando proyectos similares desarrollados en Young y Salto, están las que sostienen que la generación de hábitos se debe dar desde la infancia. “Con 20 años Matías podrá aprender a trabajar algo con sus manos, pero no creo que tenga la posibilidad de desarrollar mucho algo. El trabajo se empieza desde chicos”, indicó Mendoza.