La Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB) que acaba de finalizar tuvo muchas cosas para recordar y que seguramente quedarán en el recuerdo de los hinchas. Fue la décima edición de un torneo que se inició en 2003, cuando Defensor Sporting salió campeón tras vencer a Paysandú BBC. Por primera vez un certamen se inició reeditando la final del anterior, como sucedió con Malvín y Hebraica y Macabi, que abrieron el fuego en setiembre del año pasado. Desde aquel primer cotejo hasta el lunes 6 se disputaron 365 partidos, 43 de ellos en etapa de play off.

No tan interior

Otra cuestión sobre la que hay que seguir trabajando es la inserción de los clubes del interior en la LUB. Salvo las primeras ediciones, en las que apostaron fuerte a ser protagonistas por motivación propia, las instituciones no capitalinas no pudieron ser animadoras de los torneos. Se han buscado muchas variantes. Han existido distintas formas de disputa pero ninguna con éxito. Seguramente muy pocos de los que siguieron con mucho entusiasmo las finales entre Aguada y Defensor Sporting sepan cuáles fueron los clubes que jugaron las zonas Litoral y Sur, que también formaron parte de la décima edición de Liga. Universitario y Juventus de Salto, Wanderers y Allavena de Paysandú, y Nacional de Fray Bentos fueron los del Litoral; Lagomar, Albion de Pan de Azúcar, Flores, Lavalleja, Maldonado y Plaza de Nueva Helvecia fueron los del Sur. De esas series salían dos clasificados al Súper 4 del interior, que iba a darles la posibilidad a tres equipos de participar en la Reclasificación con tres montevideanos. Como era esperable, por la competencia previa y por la conformación de los planteles, los tres capitalinos superaron a los del interior y sólo uno, Maldonado, pudo jugar la instancia de octavos de final, a la cual llegaban perdiendo 1-0.

En la primera fase de la zona de equipos capitalinos, Trouville batió el récord de victorias obtenidas de manera consecutiva, tras alcanzar una marca de 15, que fue cortado por Bohemios en el clásico barrial. El elenco de Pocitos fue una de las gratas sorpresas de la temporada que terminó. Con la conducción técnica del español Mateo Rubio, que sustituyó a Edgardo Otatti, que no pudo seguir por cuestiones laborales pero que había conformado el plantel en su totalidad, los rojos se destacaron por su defensa dura y por tener al mejor extranjero de la LUB, Justin Keenan, que fue imparable en la mayoría de los partidos que disputó. Trouville llegó a cuartos de final con el número 2 y fue eliminado 3-0 por Aguada.

Unión Atlética fue otra de las revelaciones del campeonato. Hasta la Súper Liga había triunfado en 27 encuentros y perdido tan sólo 10. Tuvo un equipo muy interesante con Federico Bavosi y Emilio Taboada como destacados. Pero la lesión de Jimmy Boston, previa a los play off, terminó siendo clave y Bohemios dejó afuera a los azulgranas dando vuelta una serie que perdía 2-0. Los albimarrones tal vez hayan ganado una de las llaves más inesperadas de los últimos años con la conducción técnica de Germán Fernández y el refuerzo extranjero de Scott Vandermeer. Rodrigo Trelles, nacido en el bohe, fue una de las figuras del torneo.

Biguá de Villa Biarritz también tuvo un muy buen año. Dirigido por Álvaro Tito, por momentos jugó el mejor básquetbol del certamen, con todos sus jugadores surgidos en la institución. Juan Cambón, Santiago Vidal, Iván Loriente, Gonzalo Meira y Guillermo Nathan fueron los jóvenes que dejaron muy bien representado al pato. Lamentablemente para sus intereses, el cierre no fue el más adecuado, ya que lo hizo con un solo extranjero en un cruce de cuartos de final muy duro con Sporting.

Los finalistas del año pasado no pudieron repetir y se quedaron sin torneo antes de la definición. Hebraica y Macabi tuvo muchos altibajos y terminó sexto en la fase regular. Contrató a Darius Rice, un muy buen estadounidense que no pudo repetir lo realizado en Atenas algunos años atrás. Los macabeos tuvieron un hecho muy curioso, que fue haber echado al entrenador Marcelo Signorelli para contratarlo nuevamente algunas semanas después. Los amarillos se cruzaron con Malvín en play off y fueron derrotados 3-2. El playero tuvo un desempeño un poco más sostenido pero tampoco llegó más allá de la semifinal, en la que se cruzó con el campeón y fue derrotado. Contrató dos muy buenos foráneos. William Graves se lastimó en la serie ante los rojiverdes y, tras el pedido de junta médica para constatar la lesión, algo también novedoso para la LUB, fue sustituido por Kyle Lamonte, ex Aguada, que llegó para jugar ante su ex club.

El hecho más triste de esta LUB ocurrió tras el encuentro que jugaron Cordón y Welcome en la calle Galicia, que terminó con la muerte de una muchacha que nada tenía que ver con el partido. Esto derivó en la desafiliación de los albicelestes y en la quita de cinco puntos a la W, que terminó descendiendo. Sin duda, un hecho que no hay que olvidar para seguir trabajando y tratar de que no se repita.

El tercer descenso se definió en un desempate que disputaron Nacional y Larre Borges, y que dejó a los tricolores un año más en el máximo torneo del básquetbol uruguayo. Tabaré fue un equipo que permaneció y que terminó temprano su actividad, al quedar en un puesto que no lo clasificaba a ninguna instancia. Montevideo, que tuvo a un gran extranjero como Anthony Daridge, Olimpia y Sayago fueron los tres capitalinos que estuvieron en la Reclasificación con los clubes del interior, pero ninguno pudo llegar más allá de los octavos de final.

Siempre está

La campaña de Defensor Sporting, o sólo Sporting como prefieren muchos de sus hinchas, fue muy buena. Tuvo a un muy buen extranjero como Walter Baxley, que venía de ser goleador de Finlandia y cuya contratación fue un gran acierto del club. Su primer compañero fue el venezolano José Bravo, que fue suplantado por Gary Hamilton. Diego Castrillón y Sebastián Izaguirre le sumaron la experiencia necesaria que siempre hay que tener. Muchos chiquilines del club tuvieron activa participación: Marcos Cabot, Diego García, Federico Álvarez y Andrés Aristimuño. El cuerpo técnico demostró una vez más que está entre los mejores de Uruguay. Gerardo Jauri, el jefe, y Alejandro Glik, asistente técnico, con un gran aporte al equipo, estudiaron muchísimo a Aguada en la serie final y tuvieron las herramientas para hacer una definición muy pareja.

Leones

Aguada tuvo un torneo un tanto extraño. Fue sexto en la etapa clasificatoria ganando 19 de los 30 encuentros que disputó. En la Súper Liga triunfó solamente en dos de los siete cotejos. Tras la derrota ante Bohemios en la penúltima fecha, se dio la salida de Marcelo Capalbo y la llegada de Javier Espíndola. Luego, tuvo que cruzarse con Olimpia en los octavos de final y sufrió más de la cuenta. Los olimpistas arrancaban la serie 1-0 abajo por haber llegado por otro camino, pero empataron la llave 
2-2 y fueron a un duelo decisivo, que terminó ganando el aguatero, que a partir de ese momento pareció cambiar rotundamente su producción. Con Trouville no tuvo mayores inconvenientes y lo barrió 3-0. Con Malvín en la semi final la victoria fue 3-1 y llegó a la definición con Defensor Sporting. La serie ante los fusionados fue espectacular y se estiró lo máximo posible. Siete partidos para definir al campeón. Ganaron los rojiverdes 4-3 y festejaron luego de muchísimos años.

Marcelo Capalbo dirigió 36 partidos -todos los de la fase regular y 6 de la Superliga-, mientras que Espíndola lo hizo en 19 -18 de ellos de play off- con 13 victorias y seis derrotas.

El plantel de Aguada -armado casi íntegramente por Capalbo excepto Smith- estuvo conformado por varios campeones que volvieron a levantar una copa. Arrancando por el director técnico que culminó la temporada. Espíndola fue campeón Federal con Cordón en 1987 y con Hebraica y Macabi en 1994. Además, logró con Salto Uruguay la LUB que se inició en 2004. Sin duda, se trata de un entrenador destacado para el medio y que triunfó en tres décadas distintas.

Pablo Ibón y Alejandro Muro, dos que estuvieron jugando muchos años en España e Italia, respectivamente, se quedaron con el primer título de sus carreras en Primera División. El base Diego González, nacido en México pero de padres uruguayos y surgido en Biguá, fue campeón en 2009 vistiendo la camiseta de Defensor Sporting. Con 34 años, el ya recibido como DT Pablo Morales se transformó en uno de los más ganadores en el ámbito local. A lo ganado con Cordón cuando aún existía el Federal, se le suman las tres LUB: en 2004-2005 con Salto Uruguay, en 2005-2006 con Trouville y la reciente con Aguada. Leandro García Morales, una figura exuberante en el campeonato, llegó a su tercera obtención. Tiene un bicampeonato con Biguá, 2007-2008 y 2008-2009, también siendo clave promediando más de 20 puntos. En las finales de este año ante Sporting, tuvo números que rompen los ojos. En el último cotejo anotó 36 puntos y puso 25 de 25 en libres. Además, promedió casi 27 unidades en los siete encuentros ante los fusionados. Un grande.