Sin lugar a dudas una definición más que soñada es la que se da en esta edición 2012-2013 de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB). Con un formato de siete finales, todo se decidirá en esta última, ya que Defensor Sporting y Aguada están empatados en tres para cada lado, por eso hoy de noche, en el Palacio Contador Gastón Güelfi y desde las 21.15, se empezará a conocer al futuro campeón de la competencia.
Esto es lo lindo que tiene el básquetbol, emocionante en todos los aspectos y aun con ese condimento en un séptimo juego. Los seis restantes se definieron casi de la misma forma: ambos ganaron un encuentro en alargue, los dos consiguieron después triunfos más que ajustados uno sobre el otro, y, como si fuera poco, tanto violetas como aguateros también supieron ganarse con cierta comodidad -esto último se dio en los dos últimos juegos-. Es por eso que la incertidumbre está más que planteada esta noche. Temas importantes estuvieron rondando el fin de semana, principalmente sobre los extranjeros. El Tribunal de Penas debe tomar decisión sobre qué sucederá con Jeremis Smith -expulsado en el sexto partido-, mientras que por el lado fusionado ya quedó descartada la posibilidad de convocar una junta médica que permitiera el cambio de foráneo, ya que finalmente una tomografía computada constató que no hubo fisura en el coxis de Walter Baxley, por lo que todo indica que dirá presente, ya que se tiene pensado infiltrarlo.
Ésos son los condimentos para esta nueva final, la séptima, la última, ya que sobre la medianoche habrá un nuevo campeón, Defensor Sporting, por hacer historia y conseguir su tercer título de LUB, mientras que Aguada va por lograr el primero y cortar una sequía de 37 años sin saborear la victoria.
De principio a fin
El viernes se disputó la sexta final, en la que el aguatero sabía que si perdía se iba a su casa con las manos vacías, mientras que los fusionados estaban decididos a lograr el triunfo que les diera un nuevo trofeo. Ésa fue la antesala; el resultado final del partido arrojó una victoria clara, cómoda, de los dirigidos por Javier Espíndola por cifras de 91-74.
Quizás en cuanto a emociones y roces fue el encuentro en el cual más se vivió ese clima de final dentro de la cancha -dejando en claro lo importante del cotejo para ambos-, primero un cruce entre Smith y Federico Álvarez, manos fuertes en la mitad de la cancha así como en la pintura, tras la férrea marca de Diego Castrillón sobre Greg Dilligard. Varias protestas y cortes en el correr del juego terminaron con la expulsión de un jugador aguatero.
El partido se abrió ya decididamente para los de la avenida San Martín, que tuvieron una noche colectiva muy buena tanto en defensa como en ataque. El entrenador probó con una variante en el quinteto inicial que dio resultado: Alejandro Muro (15 puntos) fue titular, relegando a Pablo Morales a la banca. Ya en el primer cuarto el aguatero tuvo ventaja de 16 (25-9), pero de la mano de Sebastián Izaguirre los muchachos de Gerardo Jauri cerraron mejor el primer cuarto y comenzaron aún con más ganas el segundo, para achicar la cuenta a cuatro unidades. Pero en el rojiverde ya desde el vamos se divisó un partido en el que todo le iba a salir bien a Leandro García Morales (34 unidades), que penetró de buena manera -buscó su gol y asistió- y como si fuera poco la bola también ingresó desde los 6,75.
Defensor nunca pudo hacer su juego aguerrido desde la defensa, el aguatero quebró esa primera línea de su rival, corrió la cancha y también aparecieron Dilligard y Smith. Este último fue expulsado cuando reaccionó ante la incitación de Hamilton, dándole un cabezazo ni bien comenzó el tercer cuarto. Ayer a última hora el tribunal confirmó cuatro fechas de suspensión para el aguatero, y no sancionó al violeta, que estará en la final. Cuando todo indicaba que esto iba a ser un envión en lo anímico para los violetas, todo fue diferente. Aguada se agrandó, corrió la cancha, García Morales la mandó a guardar, Pablo Morales puso triples importantes y la renta siguió ampliándose; tanto es así, que para los diez minutos finales llegó a ser de hasta 22 (76-54) marcando ese triunfo claro, cómodo y justo que a la postre se traduciría en cifras finales de 91-74.
Es así como se llega a una final de Liga deseada, guionada mejor de lo que cualquiera hubiera pensado. Es verdad que muchos imaginaban un séptimo encuentro, la gente acompañó en los seis anteriores y se espera un escenario colmado para vivir la fiesta del básquetbol. ¿Será violeta o aguatera? Para saber esa respuesta habrá que esperar hasta eso de las 23.30 de la noche de hoy.