Aunque los formularios de inscripción de los aspirantes a ingresar a la institución abordan aspectos como la nota de promoción del último año aprobado, los niveles de inasistencias registrados o si alguna vez ha repetido, éstos “no son temas que pesen” en la aceptación del alumno, según aseguró a la diaria el encargado de comunicación del liceo Jubilar Juan Pablo II, Ignacio Estrada. Él y la asistente social Paola Barca comentaron las características del mecanismo de ingreso que, sostienen, contrastan con la afirmación de que el proceso es selectivo para garantizar determinados niveles de rendimiento. “De ser selectivos para el ingreso, iríamos contra un principio cristiano básico”, señaló Estrada.

El liceo, que tiene actualmente 400 alumnos en sus diferentes programas (lo que incluye estudiantes que cursan el bachillerato en distintos liceos católicos), recibió en diciembre 307 inscripciones. “La mayoría pasó a sorteo. El ingreso es aleatorio. No se hace orden por nota”, afirmó la asistente social, reflexionando que “dentro de la injusticia de que quede gente afuera, es lo menos injusto”.

Lo que se pregunta en el formulario “es para tener el dato, no para determinar quién entra y quién no”. También se interroga si son creyentes, pero “tampoco es un factor de entrada”. Barca apuntó que “desde un principio tanto los jóvenes como las familias saben que hay formación religiosa dentro de lo curricular”.

Abiertas

La previa a la apertura de inscripciones comienza con un llamado que se difunde tanto en la página web del liceo como en publicidad rodante en el barrio, además de afiches en los comercios y centros de interés de la zona. El requisito inicial es vivir en la Cuenca de Casavalle, e integrar un núcleo familiar cuyos ingresos estén por debajo de la línea de pobreza. Un mayor responsable del aspirante a alumno debe llenar el formulario. Estrada enfatizó que la escolaridad no influye. “Las notas no se toman en cuenta. Sí que no tenga más de 14 años para iniciar secundaria”, por lo que alguien que haya repetido dos años muy posiblemente quede sin chances de ingreso. Cumpliendo los requisitos iniciales, los únicos que tienen el ingreso automático casi seguro son los hermanos de quienes ya están cursando en el centro, apuntó Estrada. Esto “va por la línea de que no se generen muchas diferencias dentro de una misma familia”, explicó. Tampoco se generan “instancias previas en las que se evalúe el interés de un referente familiar para determinar” si el aspirante ingresará o no. Barca apuntó que “de hecho, hay muchos momentos durante el año en los que se dan situaciones complejas con algunos padres”. “En casos puntuales hay adolescentes que no tienen referentes fuertes”, indicó.

Después de la inscripción y la confirmación de que se cumplen los requisitos, se pasa a sorteo, remarcaron. Si bien la página web indica que tras el sorteo se elabora una lista definitiva, Barca aseguró que esto obedece a una instancia de notificaciones y confirmaciones, ya que les ha pasado que aspirantes que habían sido sorteados se habían inscripto también en el liceo Impulso, en el que habían sido aceptados. A partir de allí se genera un nuevo sorteo para el o los cupos nuevos.

De los 307 inscriptos en el Jubilar en diciembre, ingresaron, tras todas las etapas, 70.

También acá

El mecanismo de ingreso, destacó Estrada, lleva a que muchos de quienes asisten tengan diferentes tipos de dificultades de aprendizaje. “Hay algunas puntuales diagnosticadas, y otras que tienen que ver con lo contextual. Son las que más se dan”. “Vienen aparentemente sin una dificultad de aprendizaje como tal, pero sí con carencias, como por ejemplo puede llegar a ser no saber la hora”, señaló Estrada. En tal sentido, antes de empezar el año se desarrolla una instancia de adaptación. Una es con la familia, “para ver cómo se trabaja en el liceo, cuál es la propuesta y transmitir cuáles son los criterios”, y otra con los alumnos, “para conocerlos y también que ellos vayan viendo cómo es el Jubilar”.

Añadió que en cuanto a niveles socioeconómicos, “la tendencia indica que vamos hacia un nivel cada vez más bajo” en cuanto a los que ingresan. “Si se toma en cuenta el promedio, se va llegando a poblaciones más sumergidas”, señaló.