El partido era atractivo, es cierto. Te diría que la tarde estaba hasta primaveral, cómo no. No pasa todos los días que venga a Uruguay un rival tan fuerte y promocionado por los grandes medios masivos de comunicación. Tal vez en los últimos dos años le agarramos el gustito a eso por las llegadas de Holanda y Francia al Centenario, en ocasión de fechas FIFA para enfrentar a la celeste. Está buenísimo que haya venido Atlético de Madrid y que Nacional se haya ganado ese derecho de jugar el partido por el triunfo en el último clásico de cuarta división. No sé si está tan bueno que se haya tomado este partido con la trascendencia que algunos le quisieron dar. Jugadores y cuerpo técnico está claro que se la dan, como en cualquier otro amistoso, pero la prensa, tan bicha a veces, y sobre todo los grandes formadores de opinión, le quieren dar una importancia que no creo que sea tal. En algunos casos -la mayoría-, por fines comerciales; en otros, porque le quieren hacer el camino sinuoso a Rodolfo Arruabarrena.
El marco y el colorido los puso la gente de Nacional, que mandó a jugar también a la enorme bandera que estrenó hace bien poquito. El día acompañó y el estadio estaba a full. Era una linda prueba para el bolso, que iba a tener enfrente un rival importante, fuerte, que no trajo a todas sus figuras pero que vino a jugar en serio este amistoso. El primer tiempo fue flojito. Un 0-0 cerrado que tuvo un par de avances por la derecha del lateral diestro Juanfrán, que juega muy bien y complicó a la defensa alba. Pero ni ahí con tanto peligro, eh. Si ibas mal dormido al Centenario capaz que hasta se te daba por cabecear. El equipo que formó el Vasco tal vez no diste mucho del que debutará en la cancha en la primera fecha del Apertura, pero tengamos en cuenta que faltaron a la cita Iván Alonso, el Mama Arismendi -que estaba en el banco e ingresó en la segunda etapa- y la cara nueva de La Blanqueada: Nacho González.
¡Apágalo, enciéndelo!
En el segundo tiempo se empezó a dar la calesita de cambios típica de los amistosos previos a la temporada. Simeone mandó cuatro de una, entre ellos al uruguayo Cristian Cebolla Rodríguez, que fue silbado por los hinchas albos que recuerdan su pasado aurinegro. El lacazino, con el empuje y las ganas de siempre, por la izquierda fue de gran importancia para el Aleti. Además, el uruguayo se entendió de maravillas con otro de los ingresados: Leo Baptistão. El joven delantero brasileño de 20 años le marcó dos goles a Nacional. En ambas ocasiones con un inicio de jugada errático por parte de Bava desde el fondo, pero con gran resolución de los atacantes colchoneros. Al minuto de la segunda etapa el equipo español trianguló contra el sector de la platea Olímpica, el balón le quedó al Cebolla, que se mandó con pelota dominada y entró al área, remató y Bava dio rebote cortito y a medias, para que la bola le quedara al brasileño y tuviera sólo que empujarla contra el arco de la Ámsterdam. El segundo arrancó con otro saque corto de Bava y terminó con una combinación entre el Cebolla, que se la dio de cabecita a Baptistão, que sin pensarlo dio una media vuelta tremenda y la clavó en el ángulo inferior derecho del golero albo. 2-0 y tenía pinta de liqui-liqui. Así fue que se terminó el encuentro. Un amistoso de preparación de esos fuertes, que seguramente le dejen conclusiones al DT y cosas para trabajar y mejorar.
A vuelo de pájaro, te digo que el debut de Guillermo de los Santos fue muy bueno y que la vuelta de Richard Porta al ataque de Nacional seguramente traerá muchos goles como siempre supo hacerlos. Ayer también cumplió, siempre está y obliga a todas las defensas. Al otro temible goleador albo, Santiago Morro García, da la sensación de que le falta ponerse a punto físicamente. A este equipo se le sumará la clase de Nacho González. Quién te dice que se mande alguna bandideada junto al Chino. Habrá que ver.
Nachonal
Hoy a las 15.30 Ignacio González será presentado oficialmente en la sede del Club Nacional de Football. Estaba entrenando en el club que lo vio nacer, Danubio, pero optó por firmar contrato con los tricolores tras varias conversaciones con los dos clubes. El contrato con los albos es por dos años, con opción a tres. El exquisito enganche viene de jugar varias temporadas en el exterior tras haber emigrado en 2008. Debutó en la franja en 2002 por el Torneo Clasificatorio ante Peñarol. Pocos años después abandonó el club siendo uno de los máximos ídolos de la hinchada. En 2004 fue campeón uruguayo con Danubio ante Nacional, y en 2007 volvió a dar la vuelta ante Peñarol. En 2008 pasó al Mónaco francés y ahí empezó a rebotar por muchos equipos europeos pero con pocos minutos en la cancha, debido a las lesiones que lo han perseguido permanentemente. Después de Mónaco vinieron Valencia, Newcastle, Levadiakos, Levante, Standard Lieja y, por último, Hércules. En 2010 disputó el Mundial de Sudáfrica con la selección.