Soros tiene 83 años, una larga carrera y una aun más larga fortuna. Nació en Budapest (Hungría) como György Schwartz, en el seno de una familia de judíos de la alta burguesía que cambió su apellido debido al antisemitismo.

Con 39 años, en 1969, creó uno de los primeros fondos de cobertura, cuyo rendimiento es desde esa fecha de 20% anual en promedio. Esta decisión, junto con la de apostar en contra de la libra esterlina en 1992, llevaron a que su fortuna neta se valore en 22.000 millones de dólares (casi la mitad del Producto Interno Bruto [PIB] de Uruguay en 2012), de acuerdo a la revista Forbes de setiembre de 2011.

El 16 de setiembre de 1992 (fecha luego apodada como el “miércoles negro”) Soros encontró una oportunidad y vendió de golpe 10.000 millones de libras esterlinas. Esta operación condujo al gobierno británico a devaluar y retirar esa moneda del Mecanismo Europeo de Cambio (ERM por su sigla en inglés) ya que no pudo mantenerla por encima del límite inferior acordado. El costo para la sociedad inglesa se estimó en 3.300 millones de dólares, pero para Soros significó una ganancia de más de 1.000 millones por la venta de libras esterlinas a corto plazo.

En esta línea, la estrategia de Soros se centra en el concepto de “reflexividad” y una filosofía de inversión según la cual, lejos de ser eficientes, los mercados muchas veces se equivocan. El especulador financiero, cuya premisa es “encuentra una tendencia cuya premisa sea falsa, y apuesta tu dinero contra ella”, sostiene que se debe sacar provecho de esas situaciones eliminando el ruido o las distorsiones, comprando o vendiendo según la ocasión.

Por otro lado, y como buen seguidor de Popper, Soros apuesta a una “sociedad abierta”, término que introdujo el filósofo Henri Bergson y que Popper retomó para describir el sistema político en el cual los líderes políticos o el gobierno son reemplazados sin necesidad de violencia o derramamiento de sangre y en el que los individuos tienen la necesidad de tomar decisiones personales (así lo define en el primer volumen de su libro La sociedad abierta y sus enemigos, escrito en 1945).

En base a estos principios el empresario fundó en 1973 la Soros Fund Management, que administra seis fondos de cobertura con un total de inversiones de más de 70.000 millones de dólares, y 20 años después la Open Society Fundations, que dona cifras millonarias a campañas de promoción de los valores de las “sociedades abiertas”. También es miembro del consejo directivo del Council on Foreign Relations, una organización estadounidense fundada en 1921 y dedicada a la política exterior.

Por medio de la Open Society Fundations, Soros apoya diversos movimientos sociales. En ocasión de la visita que Mujica comienza hoy en Nueva York, Soros le solicitó una entrevista. Mujica le confirmó a La República que el encuentro fue agendado para discutir los planes de Uruguay en materia de legalización del mercado de la marihuana, dado que Soros “tiene una manera de pensar concordante en el tema de las adicciones” y es un empresario que “se ha portado muy bien con Uruguay porque financia ONG [Organizaciones No Gubernamentales] que han ayudado”.

Hace poco, un informe del periodista Daniel Rodríguez, difundido en el programa Entrelíneas, del canal TCC, estimó, en base a fuentes de la ONG pro legalización Regulación Responsable, que la publicidad televisiva de ésta, cuyo costo estimó en 100.000 dólares, se solventa con fondos de fundaciones del exterior “que están interesadas en el tema regulacion”, entre ellas la Drug Policy Alliance y la Open Society Fundations. Por otro lado, Soros es accionista de Monsanto, la empresa líder en biotecnología conocida por producir el glifosato, un popular herbicida que se comercializa con la marca Round-up.

El coordinador de Regulación Responsable, Sebastián Valdomir, explicó a Montevideo Portal que desde la organización “no le hacen los mandados a Monsanto”. Por otra parte agregó que “el poder de este tipo de empresas es objetivo” y que “ningún Estado está vacunado contra el poder de las transnacionales”.

Los argumentos manejados por Soros a favor de la despenalización de la marihuana están en línea con los valores de las “sociedades abiertas”: hacer del consumo de drogas un tema privado para desentender a los Estados del cuidado que debe procurar a los adictos. Quien además es director adjunto de la Drug Policy Alliance dijo: “Como actor del mercado, intento maximizar mis beneficios. Como ciudadano, me preocupan los valores sociales: la paz, la justicia, la libertad, o lo que sea. No puedo dar expresión a estos valores como actor del mercado. [...] Si me impongo las reglas a mí mismo pero no a los demás, afectarían a mi propia actuación en el mercado pero no afectarían a lo que sucede en los mercados porque ningún actor por sí solo se supone capaz de influir en el resultado”.