Cuando Felipinho confirmó que jugaría preguntó si transmitirían el partido por la Globo. En Muçum, un antiquísimo pueblito gaúcho de Rio Grande do Sul, hubo que averiguar quién tenía Fox Sports Brasil para poder ver a Felipe, aquele rapaz que hace años se vino a Montevideo a jugar en los juveniles de Defensor Sporting. No boliche, no barsinho, los mucunenses -menos de 4.000 es la población de la ciudad que queda en el noreste del estado- vieron y gozaron con el gran partido de Felipe Gedoz, que hace años vino a Uruguay para jugar en la cuarta de Defensor (alguna Velho Barreiro debe de haber llorado por ahí por aquele craque). Gedoz jugó una barbaridad y fue factótum del triunfo violeta.
El comienzo fue intenso para el violeta. Tuvo dos jugadas similares: corte en la zona defensiva, y proyección inmediata con pique e internada del Cocho de Arrascaeta. Ambas fueron cortadas con falta. Si bien los tiros libres fueron ejecutados de mala forma, Defensor marcó la intención de jugar en la cancha rival desde el minuto inicial. La táctica era clara: línea de cuatro defensiva con dos volantes de contención por delante, tres mediocampistas ofensivos ubicados con Gedoz por la izquierda, Nico Olivera al centro y De Arrascaeta por la derecha, y delante la referencia de Risso. Cruzeiro, mezcla de enormes y fuertes físicos con talento veloz y pequeño, se paró con una disposición similar. La diferencia fue que los brasileños movieron más el balón, mientras que la viola procuraba verticalidad. La terminaron teniendo mucho más los norteños.
Hasta la mitad del primer tiempo todo quedó en eso. No hubo ocasiones claras de gol. La emoción buscó disimular la ausencia con tenues apariciones del boliviano Moreno Martins, también de Dagoberto y de Goulart; todas terminaron sin inquietar a Campaña. A los 30 minutos el propio Dagoberto ejecutó un tiro libre que pasó a un metro del caño derecho del arquero violeta. Eso fue lo más cerca que estuvieron de la portería violeta.
A los 35 la entregó mal Cruzeiro y aprovechó De Arrascaeta para habilitar de inmediato a Nico, que tiró y pasó muy cerca ante la volada de Fábio. Al final, se salvaron dos veces los brasileños: primero, Gedoz casi la cuelga del ángulo de contragolpe; y la última, tras un córner que cabecea Malvino, pega en el palo y la terminan sacando.
La misma receta
El comienzo de la segunda parte fue como calcado del de la primera: Defensor presionaba y tiraba contras rápidas. Una de ellas, con internada por la derecha del mejor jugador violeta, el nuevoberlinense Giorgian, bien podría haber sido la apertura del marcador. La enganchó de taco y tiró cruzado, pero el rebote quiso que fuera córner. Así estuvieron hasta los 60, cuando la sorpresa se enfrió y el balón pasó a ser propiedad compartida. En otra de esas contras bajaron a Olivera al borde del área: tiro libre en la medialuna del área que Felipe Gedoz colgó en el ángulo izquierdo para poner el 1-0. De la alegría a la angustia: centro al área violeta y Cachila Arias comete un penal de patada voladora. Encima, roja por doble amonestación. De la desazón a la exhalación: Dagoberto pateó el penal cruzado y afuera. Lo insufrible: remar 20 minutos el resultado con diez hombres. ¿Cómo? Rearmando la defensa con el ingreso del Coto Correa y proyectando más contragolpes. Minutos más tarde del penal errado, y tras la magia con sombreros de De Arrascaeta, Gedoz redondeó su gran actuación ganándole en el pique al último jugador de Cruzeiro y mandando la guinda al fondo de la red con nombre de 2-0.
Defensor aguantó replegado. Se salvó de una que tuvo el ingresado Tinga en el área chica y restó como pudo todos los embates del equipo brasileño. Eso que llaman oficio.