Como hace cuatro años, la aparición y ejecución de un espacio específico de la diaria enfocado al Mundial -el mundo hecho pelota- no obedece a razones de oportunidad económica ni de mejor competencia con otros medios que aprovecharán el Mundial y la participación uruguaya como una de las ofertas de la góndola supermercadista de la información y otras yerbas.

Aquella vez nos gustó ese encuentro particular con ustedes, que sostuvieron el esfuerzo de ponernos en Sudáfrica haciendo que sus ojos fuesen los nuestros y los nuestros los de ustedes, y por eso estavez ampliaremos el intercambio sumándole a la edición papel de el mundo hecho pelota una fuerte presencia en la edición de de todos los días, así como un sostén electrónico en la web y las redes sociales.

La sección Deporte -sus cronistas, sus fotoperiodistas- no tiene cara de pelota. Tal como se puede suponer, vive y vibra con el deporte, que constituye su especialidad, pero trata de abarcarlo en una concepción integral que lo entrelaza con la vida cotidiana, la política, la cultura, la economía y hasta con el libro gordo de historias mínimas que dan registro a la vida de la sociedad. Hay aquí una feliz coincidencia con la movida que se forjó justamente en el Mundial pasado y que hizo que miles de personas que generalmente no hacen foco en el fútbol ni en el deporte se asociaran y siguieran de forma absolutamente vivencial todas las alternativas de la selección uruguaya.

Ahora quisiéramos que se repita y quisiéramos repetirlo estando otra vez ahí, muy preparados para tratar de aportar la mayor cantidad de información técnica y específica, pero con la idea -y la cabeza abierta- de intentar vivir ese Mundial en la concentración celeste pero también en la calle, en el metro, en los ómnibus, en la novela de las 20.00 y entre las botellas de guaraná o de cervejinha estúpidamente gelada.

la diaria está en la cancha por la necesidad propia de un emisor que busca la interacción vital con su receptor, que es cada uno de los suscriptores pero también los potenciales que se arriman por esto o aquello para volcar insumos informativos y de opinión, certezas, dudas, puntos de vista ordinarios y extraordinarios, que no tienen caja de resonancia como canal regular y sistemático.

la diaria, tanto en su edición en papel como en la web, tiene como preceptos periodísticos brindar información y opinión con ecuanimidad. Por tanto, sus planteos muchas veces se descuelgan del modelo dominante de medios de comunicación en buena parte de la aldea global. No obstante, pone mucho énfasis no saltearse ninguno de los protocolos periodísticos básicos en la búsqueda y difusión de la información, así como en la generación de ideas mediante la opinión y la discusión.

Aquella vez, en el Mundial anterior apostamos a que nuestros relatos, crónicas e informaciones, combinados de manera justa y jerarquizada por la fotografía, que en nuestras páginas dice cosas de otra manera, terminarían siendo el producto que algunos miles de uruguayos estaban esperando o pensando que sería posible que existiera.

Aquella vez, arrancamos diciendo: “La diferencia entre recuerdo, festejo y proyección radica en que se sabe, o debería saberse, que no alcanza con ponerse una camiseta celeste, cargada con glorias pasadas, para ganar nada. Es más, nunca hubo victorias por la rica herencia futbolística y sí maravillosas epopeyas futbolísticas, fruto de muy buenos desarrollos técnicos e inclaudicable esfuerzo. Es así, y todos deberíamos saberlo para seguir expectantes la evolución de esta selección, trabajada, racionalizada y casi optimizada en cuanto a rendimientos de un pequeño país con grandes logros pero muy pequeñas posibilidades debido a las enormes diferencias que marca la geopolítica del fútbol. Y sí, creo”.

Ahora volvemos a creer, pero fortalecidos por la experiencia y, fundamentalmente, porque ustedes vuelven a salir a la cancha con nosotros.