Dos instituciones que forman parte de los mismos colores y no es pura coincidencia. Danubio se fundó el 1° de marzo de 1932 y, en homenaje a los colores del último campeón del fútbol amateur, Wanderers, decidió que el blanco y el negro adornarían su camiseta -la otra versión acerca de los colores es que entre aquellos primeros niños danubianos había muchos seguidores del bohemio, por lo que en cualquiera de los casos es muy noble demostración de admiración-. Cuadros afines, que compartieron jugadores cuando los de Maroñas jugaban torneos por los barrios y cedían algunos de ellos al profesionalismo, la mayoría a Wanderers.

Así el inicio, y el domingo la competencia. No se pierde la hermandad pero crece el deseo de conquista. El sacrificio ha sido uno de sus valores durante todo el año para llegar a la aspiración del título, cosa bastante notoria en los equipos en desarrollo de Uruguay. También el fútbol es uno de los valores de ambos clubes, siempre identificados con el buen manejo del balón como estrategia para ganar. Clubes que apostaron siempre al criterio de la escuela, al semillero propio para sustentar la economía. Aparte de todo, dejando de lado cualquier análisis de características cualitativas o cuantitativas, está el fútbol: el deseo del jugador de fútbol no imagina otra cosa que salir campeón. Y ahí estarán estos dos. Danubio por repetir lo que tiene en varias etapas de su vida; Wanderers por darle a su gente el primer título del profesionalismo, 83 años después de aquel último amateur.

La definición es la siguiente: Wanderers ganando este partido semifinal se proclamará campeón Uruguayo. Si lo hace Danubio empareja todo, quitándole la ventaja deportiva por ser el campeón de la Anual al bohemio, y jugarán dos nuevos partidos entre sí para definir el título.

Sentate ahí

La comodidad y amplitud del estadio Centenario fue dejada de lado por ambas instituciones. Danubio quería jugar en el Franzini y Wanderers en el Parque Central. Como no hubo acuerdo por parte de los clubes se sorteó el escenario, que determinó que se juegue en la cancha de Defensor Sporting. Lo cierto es que de haberse jugado en el Centenario la concurrencia hubiera sido mayor, pasando holgadamente los 20.000 espectadores, por tratarse de una definición histórica.

De las cuatro tribunas se repartieron dos para cada uno. El miércoles comenzó la venta previa de entradas para el domingo 25, exclusivamente para socios de ambas instituciones. A partir de hoy se venden para todo público. Se dispuso que en Red Pagos se adquieran las localidades correspondientes para las tribunas destinadas a la parcialidad de Wanderers, en tanto que en Abitab se venden las de Danubio.

La parcialidad danubiana tendrá dos tribunas a disposición. Danubio va a la cabecera 6 de Agosto de 1960 (la que le da la espalda al Río de la Plata), abonando $ 150 las generales y los socios; los danubianos tendrán además la platea Punta Carretas (tribuna principal del Franzini, donde están las cabinas y el palco), accediendo a ella pagando $ 150 los socios y $ 300 las generales. Wanderers y sus hinchas van para la cabecera 25 de julio de 1976 (que da a Julio Herrera y Reissig) que valdrá $ 150, además, se ubicarán en la platea Alfredo Ghierra (de espalda a la Facultad de Ingeniería) pagando $ 150 los asociados y $ 300 las generales. Como siempre, los menores de hasta diez años inclusive podrán acceder gratis al encuentro acompañados por un mayor.