Dos actividades estaban previstas para ayer: la práctica matinal y la conferencia de prensa de dos jugadores. Pero la única expectativa de la prensa mundialera era Luis Suárez. Fue por eso que como extra -y qué extra- apareció, en una segunda tanda de entrevistados, después de Cristhian Stuani y Gastón Ramírez, el capitán Diego Lugano.
Antes hubo calentamiento. El mismo periodista inglés que interpeló a Óscar Tabárez, en la conferencia de prensa después del partido, acerca de que haría con Suárez, quiso salirse de la fila para hacerles preguntas a Cristhian y Gastón, por lo que tuvo un duro y firme intercambio con Matías Faral, jefe de Prensa de la Asociación Uruguaya de Fútbol, pero enseguida se le tiró a los pies a Lugano, que quitó y salió jugando, con algún aspaviento, es cierto, pero dominando la situación.
El periodista le preguntaba en inglés y Lugano le dijo que no hablaba ese idioma, por lo que salió un cocoliche en espanglish, que el capitán quebró con dureza. “¿Qué incidente? No sé de qué incidente me hablás. ¿Me estás hablando de la Premier League o de la selección? ¿Hay alguna cuenta pendiente con Luis? La imagen no muestra nada; una aproximación, pero nada importante”, le dijo Lugano. El británico, que estaba a mi lado, se puso colorado como un tomate, pero aguantó la toma y volvió a preguntar, ya en su cocoliche, y ahí vino planchita mal puesta de Lugano. “Yo no sé lo que estás haciendo vos acá. Que los medios británicos tienen una persecución con Suárez lo sabe todo el mundo, se ve que esa persecución vende diarios en Inglaterra, si no no estarías tú aquí. Ayer jugó Uruguay con Italia, el sábado juega Uruguay con Colombia. No sé qué hacés tú acá: un periodista británico hablando de Suárez. Se ve que le da retorno a la prensa inglesa, no encuentro otra explicación. Yo estoy contento por el triunfo de Uruguay. Creo que tú no estás contento; se te ve en la cara”, le dijo, como un trancazo con carrera, Lugano al inglés. El colorado se levantó y se fue.
Pero había Lugano para repartir entre los que quisieran y en el idioma que fuera. Le tocó el turno al periodista de la Globo y la cosa fue dura. Incluso dijo que ficó puto da cara, una expresión brasileña que expresa mucha rabia; explicó que era su posición personal, que estaba enojado porque Uruguay venía de una victoria importantísima ante un grande del fútbol, pero nadie hablaba de eso, sino de Suárez. “Fue una jugada casi común en el fútbol, como se dan tantas. Un contacto físico, un vaivén de provocaciones de partido, y la prensa mundial acaba hablando de un hecho que, si lo hubiera protagonizado yo, era intrascendente. No sé si ustedes, los periodistas, quieren hacer noticias o están queriendo sacar algún tipo de ventaja deportiva, porque no me entra en la cabeza que una acción de juego que no tuvo consecuencias para nadie tenga tanta repercusión. La verdad, me extraña, porque la jugada aquella del partido de Brasil nunca más la vi. Hablo del codazo en la cara a un jugador croata, o la agresión entre dos colegas. El fútbol es así; es pasión, es contacto. Hay que tener un poco más de equilibrio y justicia cuando se habla de diferentes hechos, porque si no, parece que sólo quisieran apuntar a un jugador o a una selección; parece hecho a propósito. Como les dije, ya no sé si ustedes buscan justicia o ventaja deportiva, porque si lo que quieren es justicia, hay que medir todos los hechos de la misma manera, y ustedes no lo hicieron en esta Copa del Mundo. La prueba está”, afirmó Lugano.
Después habló de que el gol de Uruguay casi no se había visto, porque no vende. “Si no me decía Diego que lo hizo con la espalda, no me enteraba”, afirmó.
También les dijo a los periodistas presentes que esto es fútbol y que de lo contrario sería vóleibol, un deporte en el que no hay contacto físico. “Yo quedo sorprendido con tanta repercusión. La figura de Suárez vende porque es un crack, porque es un peligro que sea el crack de la Copa y lleve a su equipo a sus espaldas hasta la final. Eso genera miedo en sus adversarios. El hecho de que Uruguay no tenga mucho peso político no ayuda mucho, pero quedate tranquilo: como ya hizo 1.000 veces, Luis se va a levantar y en el próximo partido va a cargar el equipo a sus espaldas. Si eso es lo que temen, tienen razón”.
Andá a trancar con Lugano. A esa altura, se le iban abriendo sus posibles marcadores, y con pelota dominada abandonó la sala de prensa.
Ta, a mí me gustó y hasta fui a felicitarlo. Bien ahí, capitán.