-Antes de asumir dijiste: “El Maestro pide que se saquen resultados, que se formen jugadores, pero sobre todo que se formen personas con valores”. ¿Es a eso a lo que apuntan?
-Sí. Probablemente fue lo primero que capté del proceso de selecciones del Maestro, el lineamiento general. Es importante fijarse en el jugador, en la formación.
-¿Qué te pidió cuando llegaste?
-Lo que más necesitábamos nosotros era alinearnos a lo que ellos están proponiendo. Es un cuerpo técnico nuevo, ya venimos con una forma de trabajar. Él ya nos conoce, y para nosotros es un orgullo muy grande que hayamos sido invitados para trabajar en la selección. Es una responsabilidad enorme, pero a la vez uno siente que, por lo menos a nivel personal, se cumple un sueño. Lo más importante que me pasó en mi carrera deportiva como futbolista fue haber jugado en la selección, y ahora como entrenador siento lo mismo.
-¿De qué manera trabajan en conjunto los cuerpos técnicos de las diferentes selecciones? ¿Cómo se vinculan?
-Hacemos reuniones periódicas con los entrenadores de la sub 20 y de la sub 15. Hay una forma definida de juego, que el Maestro nos ha pedido; él hace mucho hincapié en la transición que tiene que haber hoy en el fútbol: de defensa a ataque y viceversa. Él cree, y los demás entrenadores estamos de acuerdo, que ese aspecto es muy importante; la velocidad, la posibilidad de mover rápido la pelota, la recepción, el pase; y en la parte táctica, a pesar de que hay una línea de juego muy parecida, hay una impronta de cada entrenador. Se ha entrenado con un 4-4-2, 4-2-3-1, 3-4-1-2. Estas últimas dos semanas hemos estado entrenando el 4-1-4-1, más que nada para que los muchachos tengan variantes tácticas y sepan afrontar esa clase de situaciones que nos puede presentar el rival. Si vos las entrenás, si te enfrentás a un rival que juegue de esa manera, probablemente podrás tener más opciones a la hora de jugar.
-¿Que no se sepa qué va a pasar con Tabárez genera incertidumbre para ustedes?
-Sí. Esto es muy personal. Siento que la continuidad del Maestro es fundamental. Tiene dedicación en el trabajo y humildad. El Maestro, el preparador físico, los ayudantes, la parte médica; uno siente que son muy humildes y nos hacen sentir muy bien. Nosotros tratamos de aprovechar al máximo cada vez que estamos con ellos para tener un crecimiento y un aprendizaje buenísimo.
-¿Cuáles son los aspectos más importantes a trabajar a esta altura de la preparación?
-Lo más importante viene con los partidos amistosos internacionales. No hemos tenido muchos, pero creo que le dan un crecimiento muy importante al jugador. Los partidos del campeonato local son buenos, y por lo general la tabla de posiciones se reparte de mitad hacia arriba y de mitad hacia abajo, entonces hay partidos muy buenos y otros muy desparejos. Eso hace que nosotros tratemos de jugar muchos partidos internacionales, en los que el rival es mucho más fuerte, la forma de jugar es diferente, y eso hace que los jugadores, al recibir esa información, tengan que digerirla rápidamente para crecer en su desempeño.
-¿Qué significa para ustedes venir a trabajar al Complejo y contar con estas instalaciones?
-Es como se tendría que trabajar siempre. Lógicamente, estamos orgullosos de tener este lugar, de cómo está, de cómo lo cuidan, de que cuente con el apoyo de una cantidad de gente que a veces no se ve pero es muy importante. Todas las atenciones que nos dan son increíbles, y eso hace que el Complejo esté como está. Es muy lindo, muy cómodo, y los jugadores lo sienten de una manera increíble. Nosotros estamos felices de poder estar acá.
De todas partes
-¿Cómo evaluás la inclusión de los chiquilines del interior en las selecciones nacionales?
-Hay una apertura muy grande. Nosotros en ese caso tenemos un debe. Hay un proyecto con respecto al fútbol del interior que está muy claro, pero todavía no ha podido salir a flote. El Maestro nos pide que le demos participación al futbolista del interior, que tenga oportunidades. En este caso, de los 25 jugadores que tenemos ahora, 11 o 12 son del interior. Primero vinieron a los equipos y después a la selección, pero vemos que hay una captación por parte de los clubes -y de los empresarios, me imagino-, que hace que vengan muchos más jóvenes que antes.
-¿Hay un seguimiento de los futbolistas por todo el país?
-Cuando vienen los jugadores al Complejo y el Maestro los recibe hace hincapié en eso: se les pide que sigan estudiando, que puedan hacer las dos carreras al mismo tiempo. Tenemos la posibilidad de contar con dos psicólogas en las categorías de las selecciones juveniles, que también le dan mucha importancia al tema del estudio y hacen un seguimiento de cada uno de los integrantes de la selección al respecto, y, lógicamente, a nosotros nos llega la información.
-¿De este último grupo de 25 jugadores se va a seguir filtrando o se va a llamar a otro grupo?
-Éstos están bastante avanzados, pero siempre creemos que son preseleccionados. Esto quiere decir que en cualquier momento puede entrar alguien y salir otro. Nunca tienen la seguridad de que van a integrar el plantel. También, a esta edad, los muchachos tienen muchos altibajos, y es normal que eso suceda, por lo tanto no afecta que en algún momento algún jugador pueda estar en un nivel alto y después bajar. Es normal; no lo digo yo, lo dicen todos los entrenadores que han pasado por aquí.
-¿Les pasa que alguien ajeno venga y les diga: “Vean a este jugador que anda bien”?
-Sí, nos ha sucedido. Y cuando vamos a algunos entrenamientos de los clubes nos acercamos a los entrenadores. Es algo que nos pidió el Maestro, que consultemos a los entrenadores y les preguntemos si ellos creen que, además de los que están convocados, se podría citar a algún otro jugador. Eso ha dado buen resultado, porque a veces vas a los partidos y no ves a un jugador, y resulta que después, con el consejo que nos pueda dar el entrenador, lo podemos seguir viendo.
-¿De qué manera se coordina el cuerpo técnico para intentar abarcar la mayor cantidad de partidos y elegir jugadores?
-Lo que hicimos los primeros días fue ir juntos, para tener una misma línea a la hora de ver los partidos y ver el perfil de cada uno de ellos. Hubo tres, cuatro partidos, a los que fuimos el preparador físico [Guillermo Souto], Gonzalo Noguera, que es el entrenador de arqueros, Adrián Sarkissian, mi ayudante, y yo. Después tratamos de repasar una lista de la selección sub 15 anterior, que el entrenador Alejandro Garay nos proporcionó, y a partir de entonces hubo alrededor de 154 muchachos vistos de Montevideo y el interior, y empezamos a repasar cuáles eran los jugadores y también la opinión de ellos. En adelante, hicimos dos convocatorias de 30 jugadores y estuvimos 15 días con unos y tres semanas con los otros muchachos; 60 tuvimos ahí. Ahora hicimos una preselección de 25 integrantes y los hemos ido siguiendo. Siempre son preseleccionados, siempre vamos a ver diferentes partidos. Dependiendo de los horarios, nos repartimos los cuatro en diferentes partidos y tenemos personas conocidas a las que les pedimos opinión e información de determinados jugadores. Estuvimos en contacto con gente de Colonia y con todo el interior. Ahora tenemos una invitación para ir a Soriano a jugar, y creemos que tienen un grupo de muchachos que podrían incorporarse al plantel. Como hay un proyecto ya armado y un grupo definido que viene de la sub 15, hay un porcentaje alto de ese grupo que sigue y hay otros nuevos que se han ido integrando en base a lo que hemos visto.
-Cuando agarrás a un grupo de chiquilines, ¿te fijás en los jugadores del puesto en el que vos jugabas para hablarles, o intentás algo más general?
-En este cuerpo técnico tenemos, por un lado, al entrenador de arqueros, por otro, a Sarkissian, que se puede fijar del medio de la cancha para adelante, y después estoy yo que me puedo fijar de la media cancha hacia atrás. Creo que es una buena combinación; nos ayuda porque Sarkissian del medio de la cancha para arriba puede tomar la iniciativa de decirles algunos tips a los jugadores.
Equilibrio
-¿Cómo trabajan el factor emocional?
-Es un tema importante. Más que nada en este caso, siento que hay una vivencia mía, porque tuve la posibilidad de venir del interior con 16 años y hacer mis primeras armas a esa edad. Me siento muy identificado con ellos, que están pasando por una etapa en la que creemos que son muy importantes el estudio y la familia, una etapa en la que pueden dar un paso muy importante a nivel futbolístico, sabiendo que no todos van a llegar. Pero nosotros confiamos en ellos, les damos las armas, los aconsejamos, tratamos de que puedan tener la mayor información para lo que se viene, que es el fútbol profesional. Les falta muy poco.
-¿Creés que es importante la psicología deportiva?
-Sí, nos ha hecho muy bien. Las psicólogas son muy importantes para el grupo. Le dan ese matiz que nosotros a veces no podemos manejar porque solamente nos enfocamos en la parte deportiva. A veces hay situaciones que se nos escapan y ellas, con sus métodos, aconsejan a los muchachos para el futuro.
A por Chile
El equipo celeste sub 17 se está preparando tres veces por semana en el Complejo Celeste con la cabeza puesta en el Sudamericano de la categoría que tendrá lugar en Paraguay a principios de 2015 y que clasificará a cuatro selecciones, dejando de lado al país anfitrión, al Mundial de Chile de ese mismo año; en total serán cinco los países sudamericanos en el máximo evento sub 17, que se disputará del 17 de noviembre al 8 de diciembre de 2015 con la participación de 24 naciones teniendo las siguientes sedes: La Serena, Coquimbo, Viña del Mar, Santiago (ciudad donde se llevará a cabo el partido inaugural), Talca, Chillán, Concepción y Puerto Montt. Los dirigidos por Ostolaza disputaron dos amistosos internacionales hasta el momento ante su similar de Paraguay; en el primer cotejo llevado a cabo en el Parque Saroldi ganaron 4-1, mientras que en la revancha que tuvo lugar en el Complejo de la Asociación Uruguaya de Fútbol, el triunfo quedó en manos de los visitantes 2-1.
-Se exige mucho desde la prensa, a veces con demasiada insistencia, en ganar porque es la selección.
-Es duro trabajar con jóvenes de 15, 16 y hasta 18 años y hacer una observación, una crítica dura, cuando son jugadores que están en formación. Somos muy especiales en el fútbol uruguayo. Somos muy exitistas, tenemos cosas negativas a veces, pero la pasión que se tiene en este país por este deporte genera eso. Tenemos que tener un equilibrio y saber manejar esa clase de situaciones; en esta etapa de formación, tanto el resultado positivo como el negativo les van a servir para su carrera.
Pasado
-¿Cuando jugabas ya sabías que querías ser entrenador?
-Sí, siempre estuvo en mis proyectos dirigir. Cuando estaba haciendo mis últimos años de carrera deportiva ya había hecho el curso de entrenador, por lo que al terminar de jugar enseguida me puse a trabajar. A pesar de que con el tiempo me fui dando cuenta de que me gustaba, cuando dejé de jugar lo tenía sumamente decidido.
-¿Cuáles fueron tus referentes?
-He tenido la posibilidad de tener muchos y muy buenos entrenadores. De todos he copiado un poco, y le he agregado también una impronta personal. Hablamos de [Óscar Washington] Tabárez, [Sergio] Markarian, Nacho Prieto, Roberto Fleitas, Ángel Traverso; muchos. En mi carrera como deportista trataba de ver las cosas buenas y las cosas malas para el futuro entrenador que sería yo.
-¿Haber sido dirigido por Tabárez incidió en que te convirtieras en el entrenador de la sub 17?
-Sí, yo te diría que la relación con él, increíblemente, empieza en Bella Vista, cuando él entrenaba a la Tercera y la Cuarta, en 1980. Ahí tuve la posibilidad de conocerlos a él y al Profe [José] Herrera. Después, en 1983 fuimos al Panamericano con la selección y salimos campeones. Después vinieron la Copa América y el Mundial de Italia 1990. Pero, sinceramente, después dejé de verlo por muchísimo tiempo, y probablemente por determinadas personas le debe de haber llegado información de que yo estaba libre. Realmente fue una de las mayores alegrías que tuve en mi carrera como entrenador. Que él se acordara de mí fue muy importante.
-¿Cómo evaluás tu carrera como entrenador hasta este momento?
-Tal vez siento que los momentos en que me tocó estar en Uruguay, en períodos cortos, en México y en Ecuador, que estuve más tiempo, no he podido lograr lo que yo quiero, que es formar un equipo que salga campeón. Pero siento que en el fútbol, trabajando, dedicándose, siendo responsable, se va a lograr. Siento que en el fútbol tengo mucho para dar como entrenador, a pesar de que soy una persona de 52 años. Con la ayuda de mis compañeros lo vamos a lograr.
Presente
-¿Cómo hace un entrenador de fútbol, después que termina el curso, para mantenerse actualizado?
-Hay muchas maneras. Yo busco estar lo más actualizado posible; ahora hay muchos cursos, mucha información. Por ejemplo, estoy en la etapa de hacer cursos orales para poder desenvolverme mejor ante el público. Creo que es algo bueno que uno pueda expresar con claridad los conceptos. También hay otros ingredientes que tal vez te sirvan para tu mejora como entrenador profesional.
-¿Esa formación integral es algo en lo que se hace hincapié acá? La comunicación de los jugadores y entrenadores, de los grandes y de los chiquilines, es algo que se ha trabajado muy bien.
-Sí, estoy completamente de acuerdo. Ha sido un mejoramiento sustancial y muy importante para el jugador, para que pueda dar otra imagen. Se ha mejorado muchísimo la imagen, y eso ha servido; mediante la comunicación que se tiene, el mensaje que se da, la sensibilidad que se tiene para determinadas cosas... Eso está muy bueno.
-¿Qué es lo que más se nota en el paso de juveniles a mayores?
-El profesional es un jugador diferente. Lógicamente, al ser profesional hay otras exigencias, económicamente es otra cosa y eso hace que influyan otras situaciones externas, que a veces son difíciles de manejar. Pero en este caso, nosotros estamos abocados a que ellos entiendan lo que es el profesionalismo; que sepan lo que es ser un profesional íntegro. Para el cuerpo técnico es fundamental que sepan lo que es; ésa es la gran idea. Nuestro objetivo es llegar al Sudamericano, eligiendo a los que en ese momento sean los mejores jugadores, y lo otro, que aprendan a ser profesionales: están a un paso de eso.
-En el tiempo de ocio, y con todo lo que tienen ahora, redes sociales, etcétera, ¿entran a la biblioteca que tienen acá?
-El tema de las redes sociales lo hemos estado coordinando con el Maestro y el resto de los compañeros del cuerpo técnico. Es algo que puede desconcentrar en alguna situación y se está buscando la manera de controlarlo. Con respecto a la biblioteca, el tiempo que los tenemos es muy poco, desde las 14.30 hasta las 17.00, y lo que tratamos de aprovechar en ese tiempo son los entrenamientos y algunas charlas cortas que podemos hacer, para que se vayan profesionalizando; no hemos tenido la posibilidad de quedar concentrados acá.
-¿Qué estás leyendo?
-En este momento tengo un libro de entrenador deportivo de Orbea. Siempre va encaminado al deporte, a la psicología. Más que nada, por ese lado me gusta la lectura.
¿Salir campeón es la prioridad, o una consecuencia del trabajo a largo plazo?
-Obviamente, en juveniles, nombrar el campeonato es muy complicado y muy difícil porque están en otra etapa. Sí es necesario saber que es una competencia y que vas a ganar, pero no puede ser una carga decirles a los jugadores “tenemos que salir campeones”. Vamos a intentar competir con las armas que tenemos. Confiamos en ellos, por algo son elegidos, y estamos convencidos de que los que están son los mejores, pero tenemos que ir a competir; si se da que sea una clasificación al Mundial me parece que ya es muy bueno, y si se da otra cosa, mucho mejor.