Por primera vez el Sí a la independencia de Escocia supera en intención de voto al No, según un sondeo realizado por YouGov y dado a conocer ayer por el diario británico The Sunday Times. De acuerdo con la encuesta, el Sí ganaría con 47%, frente a 45% de votos por el No. El crecimiento en el apoyo a la iniciativa independentista se observa desde el segundo debate entre el primer ministro escocés, Alex Salmond, y el unionista Alistair Darling.

“Esta encuesta debería servir para hacer despertar a quienes pensaban que el referéndum estaba ganado de antemano”, dijo Darling, en un aparente llamado a los principales partidos británicos, opuestos a la independencia escocesa. Según medios europeos, el Partido Conservador, el Laborista y el Liberal Demócrata tenían previsto relanzar su campaña esta semana, en la recta final. Por su poca participación en la campaña han sido cuestionados el primer ministro conservador, David Cameron, y el líder de los laboristas, Ed Miliband. A esto se suman las fricciones entre los unionistas. En la edición de ayer de The Sunday Mirror se publicó una columna de opinión del ex primer ministro laborista Gordon Brown, que es escocés. En ella Brown acusa a los conservadores de “dificultar” la captación de votos para la opción unionista por la baja popularidad que ellos tienen en Escocia, y que se debe sobre todo a sus políticas de austeridad.

En línea con esta posición de Brown, la vice primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, prometió la gratuidad de la educación terciaria. En una poco popular medida, Cameron había dispuesto el aumento de las matrículas universitarias.

La nueva encuesta cayó como un baldazo de agua fría en Londres, donde, según The Sunday Times, algunos parlamentarios conservadores ya se preparan para impulsar la salida de Cameron, rechazado por el ala más derechista de su partido, en caso de que la independencia de Escocia se convierta en un hecho.

Horas después de que se conociera la última encuesta, el ministro británico de Economía, George Osborne, anunció en entrevista con la BBC una nueva propuesta para una Escocia que permanezca en Reino Unido. Aunque no brindó detalles, consistiría en una “mucho mayor” autonomía en la gestión de impuestos y servicios públicos, así como “más poderes” sobre “el gasto y el Estado de bienestar”. Esta propuesta, dijo Osborne, “se pondría en marcha en el momento en que haya un voto negativo en el referéndum”.

“Escocia tendrá lo mejor de los dos mundos: evitará los riesgos de la separación pero tendrá mayor control sobre su propio destino, que es lo que los escoceses quieren”, agregó, y aclaró que si Escocia se independiza deberá adoptar una nueva moneda: “No compartiremos la libra si Escocia se separa de Reino Unido”. Uno de los mayores escollos para la independencia sería la necesidad de crear una moneda, que sería provisoria porque Escocia intentaría unirse a la Unión Europea e integrase al euro.

Según Salmond, esta promesa es un “soborno” y una “medida de pánico”, que “no funcionará porque no les queda credibilidad”. Según el sondeo de YouGov, el apoyo a la independencia se sustenta por una desconfianza cada vez mayor hacia los líderes políticos británicos.