El domingo la jornada se repetirá en el Parque Central, y la celeste jugará a última hora frente a Paraguay. La tabla quedó con Uruguay, Argentina y Brasil punteros con 4, Colombia con 2, Paraguay con 1, y cierra Perú sin puntos.
Uruguay arrancó con la formación que le queda mejor: una línea de cuatro delante del arquero Gastón Guruceaga conformada por Guillermo Cotugno como lateral derecho, Erick Cabaco y Mauricio Lemos los centrales, más Mauricio Suárez por la izquierda; dos mediocampistas de contención, que fueron Nahitan Nández y Arambarri, más tres por delante y con vocación ofensiva: Facundo Castro, Pereiro y Rodrigo Amaral -quien suplantó a Jaime Báez con respecto a la oncena del partido pasado-; y adelante Acosta como centrodelantero. Perú empezó con Carlos Grados al arco, Aldair Perleche, Brian Bernaola, Aldair Ramos y Diego Zurek como defensores, Emmanuel Paucar, Pedro Aquino, Sergio Peña, Miguel Carranza y Fernando Canales como volantes, mientras que arriba jugó el goleador Alexander Succar.
Perú cedió la pelota y la cancha. Dado el planteo de los incaicos, que estaban muy replegados y tratando de sacar contragolpes, la celeste trabajó la bola y los minutos con paciencia. Arambarri y Nández tejieron todo el juego, siempre con Pereiro como cómplice adelantado, y esta vez con Amaral, que dio lateralidad por la zurda, su pierna. A los 15 minutos, un pase profundo de Castro a Acosta y enseguida un intento de Gastón aproximaron a Uruguay al arco de Perú. A los 23 se iba Pereiro derecho al gol: lo bajaron al borde del área y él mismo tomó el tiro libre, pero dio en la barrera. Entre tantos avisos, el posterior, 5 más tarde, fue pase y a la bolsa: Amaral se la dio -bastante mordida- a Franco Acosta, lo dejó de macho ante el arquero peruano y el delantero abrió el marcador para Uruguay. Merecido tanto de los gurises celestes, que además lograron administrar lo que restaba del primer tiempo y llevarse la diferencia al vestuario.
A los diez minutos del segundo tiempo apareció el diez de Uruguay. Eso para la definición, porque el tuya y mía, el toque y me voy del fútbol primitivo -¡qué lindo!- contra la derecha lo hicieron entre Acosta y Castro. El centro pasado fue para Amaral, que se la cedió a Pereiro; Gastón, control de calidad mediante, pisó, apuntó y la mandó al fondo del arco. Lo que se dice un golón.
Lo mejor de Uruguay, que prácticamente acorró a los incaicos en su área. De no ser por dos voladas del arquero Grados ante tiros de Amaral y Lemos, la celeste podría meter el tercero ahí mismo. Increíblemente, tras un córner desde la derecha, fueron los peruanos quienes marcaron el descuento. Adrián Ugarriza primerió la salida de Guruceaga, y a la estática marcación defensiva y de cabeza conquistó el 2-1 cuando iban 66 minutos. Cosas del fútbol.
Con el gol se soltó Perú. Comenzó a buscar con mayor profundidad y eso generó problemas en el fondo celeste. La pelota era un poco más blanca y roja, y los nuestros no tenían salida. Aprovechando una falta cerca de la mitad de la cancha, Uruguay levantó el centro con sus defensores como atacantes. Nadie la cabeceó, pero Arambarri tiró una chilena que dio en el travesaño. Arambarri, decíamos, quien, por si le faltara algo para completar una noche redonda, acompañó el pie virtuoso de Pereiro que esperó ese segundo de más para dársela -cañete incluído- a Mauro, que definió por debajo del golero.