Llegó la comitiva encargada de inspeccionar los estadios para la futura Copa América 2015 de Chile y saltó la primera alarma: Blaine Buck, hombre de FIFA, recomendó a la organización eliminar el estadio Sausalito de Viña del Mar por tener grandes retrasos en las obras. Y como si fuera poco también peligraría la sede en dicha ciudad para el Mundial sub 17 que se jugará en el país trasandino entre el 17 de octubre y el 8 de noviembre.
La FIFA es dura y como no se cumplieron los plazos bajó la guillotina. No se acataron feo: llevan 15 meses de retraso. Las autoridades chilenas, incluida la ministra de Deportes, Natalia Riffo, intentan estirar las fechas hasta mayo y cumplir así los requisitos de la FIFA. La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile espera novedades, pero el clima no es nada esperanzador.