“Bambino, calentá. Yo asomé la cabecita por afuera del banco y me dio un frío y le dije: '¿Te parece? Si el 10 la está rompiendo'”, cuestionó Héctor Veira ante el pedido de su técnico, que lo mandó a la cancha en un amistoso que su equipo disputaba en Chile. Una situación similar podría haberse suscitado en el choque entre Rentistas y Racing en los campos de Perrone. El frío letal se combinó con unas nubes -casi negras- que se adueñaron de la tarde. Los mayores aplausos de la tarde no fueron para ningún jugador, sino para el sol, cuando se dejó entrever.
Además, el cafetero se hizo millonario y fue el vivo de la tarde, junto con el manicero, otro avión. Cuando Racing caía como estampida, siempre por afuera, con las llegadas de Jonathan Ramis y Diego Zabala, el arquero Guillermo Reyes no tuvo otra que reventarla en la salida. La fortuna fue tal que la pelota cayó justo en la herramienta de trabajo del vendedor de maní. Sin dudarlo, el jornalero, ante las disculpas del golero de Rentistas, guardó la pelota en una bolsa de arpillera y la escondió en su cubículo, ante una lluvia de aplausos.
Pero Racing no paró. A pesar del mal estado de la cancha, el equipo de Darío Larrosa se las ingenió y estuvo muy cerca. En el arranque fue inmejorable la chance que tuvo el artiguense Ramis: se fue mano a mano y prefirió pincharla, ante la salida de Reyes, apenas por arriba. También tuvieron sus chances Juan Pablo Rodríguez, el Gordo Líber Quiñónez y Zabala, pero el arquero colorado siempre respondió bien.
El complemento no daba esperanzas a los presentes, pero había que jugarlo. El equipo local de Valentín Villazán se acomodó mejor y encontró errores en la última línea ofensiva de Racing, que aprovechó a su favor. En cada ataque, los cerveceros abrían por las bandas y regalaban un claro espacio en el fondo, que Rentistas no pudo aprovechar. La más clara para los locales la tuvo Lucas Rodríguez, con un centro cruzado en diagonal. El volante le pegó como pudo y el Loco Jorge Contreras, ya vencido, dejó el brazo estirado, por oficio, y alcanzó a sacarla.
En los de Sayago hubo ganas, pero poco fútbol. Juan Pablo Rodríguez probó con un cabezazo, se estrelló en el ángulo, y no pasó más nada. Ninguno de los dos fue claro, ninguno fue inteligente, y ninguno le encuentra la vuelta al Apertura.