Para el ex presidente de Guatemala Otto Pérez Molina, Estados Unidos “manipuló” a la Justicia del país, principalmente por intermedio de la Comisión Internacional contra la Impunidad de Guatemala (CICIG) -que lo acusó de corrupción, lo obligó a renunciar a su cargo y lo metió preso-, para defender sus propios intereses. En una entrevista que brindó el fin de semana al canal de noticias RT desde el cuartel de Matamoros, donde cumple prisión preventiva, Pérez Molina denunció la “injerencia histórica” de Estados Unidos en países “lamentablemente pequeños”, por los cuales tiene “intereses geoestratégicos”.

Según explicó el ex gobernante de derecha, uno de los ejemplos más recientes de esta intervención se remonta a abril, cuando el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, le pidió extender el mandato de la CICIG o, de lo contrario, cortaría la ayuda económica a su país. El lunes, en respuesta a las declaraciones de Pérez Molina, una portavoz de la oficina de Biden aseguró a la agencia de noticias Efe que el vicepresidente “ha dejado claro constantemente a los líderes centroamericanos que la asistencia de Estados Unidos sólo sería posible si seguían haciendo avances en el combate a la corrupción” y que, en este sentido, prorrogar la CICIG era “importante”.

Según señaló Pérez Molina en la entrevista, la Justicia de Guatemala hace “lo que la CICIG le ordena”, y por eso mientras él se encuentra en prisión “sin bases, sin argumentos, sin sustento y sin pruebas”, acusado de robar tres millones de dólares, hay empresas privadas que evaden por año “2.000 y 3.000 millones de dólares” y “siguen libres”. Cuando le preguntaron si es culpable por los delitos de corrupción que se le imputan en el marco del caso llamado La Línea, en el que también está involucrada su vicepresidenta, Roxana Baldetti, Pérez Molina respondió: “Soy totalmente inocente”.