Desde que se aprobó la ley que regula la comercialización del mercado del cannabis, los propietarios de farmacias se mostraron reacios a comercializar marihuana. “Nosotros planteamos nuestros reparos, pero nunca rechazamos la norma de plano. Al principio no nos convencía, pero con los últimos datos sobre la marcha de la economía, y especialmente del descenso del consumo, la idea de empezar a vender marihuana nos sedujo cada vez más”, aseguró un representante de una cadena de farmacias. “Ahora vamos a ver cómo funciona esta experiencia y cómo evoluciona la situación económica. Si el crecimiento económico se sigue enlenteciendo o llega a cero, vamos a empezar a vender cocaína, ácido y pastillas. Y si hay recesión, nos vamos a dedicar a la pasta base”.

La Asociación de Química y Farmacia del Uruguay, que nuclea a los químicos farmacéuticos, también se pronunció en contra de la ley, debido a que ésta propondría que la farmacia pase de ser un “lugar de incentivo de una vida saludable” a “un distribuidor de una sustancia psicoactiva de uso recreativo”. Un integrante de la asociación aseguró que “en las farmacias sólo vendemos cosas saludables, como medicamentos, chocolates y refrescos. Si alguien quiere algo que le pegue para arriba, que se tome una bebida cola, que entre la cafeína y las toneladas de azúcar que tiene es un estimulante maravilloso. Las grasas saturadas de los chocolates también mejoran el ánimo. De hecho, al tener una cantidad de lugares abiertos las 24 horas donde se puede comprar alfajores con toneladas de dulce de leche para el bajón del porro estamos colaborando con el proyecto del gobierno”.

Otro de los argumentos de los farmacéuticos para rechazar la venta de marihuana es que en las farmacias no se venden otras sustancias psicoactivas, como el tabaco y el alcohol. “Los únicos productos psicoactivos que vendemos son los psicofármacos, cuyo consumo abusivo, irresponsable y sin criterio es promovido y supervisado por médicos titulados”.