La escuelita se eleva, encuentra su ritmo y acrecienta sus posibilidades. Tiene nombres, estilo y buen pie, pero los resultados no aparecían. El sistema de juego de los de Sayago está aceitado, es cierto, pero el gol y la definición habían mermado en estas últimas fechas. Pero ayer le salió todo al cervecero. Hubo momentos de muy buen fútbol y de definiciones sencillas. Quizá Racing no debió sufrir hasta el final, pero igual terminó la tarde con una sonrisa pipona.
Enfrente de Darío Larrosa estaba Juan Verzeri, un técnico muy bicho, hábil, detallista y analítico. Ambos se conocían muy bien. El ahora DT de Racing había tenido al ingeniero como entrenador, por lo que las ventajas podían correr de un lado y para el otro.
El duelo entre Racing y Liverpool siempre es picante. Hay condimentos especiales y una rivalidad cercana. Haciendo honor a esa tradición, el partido de ayer arrancó de ringui-ranga. Los dos se mandaron por afuera para entrar, pero las defensas no fallaron.
Los de Sayago se acomodaron rápido y encontraron un gol tempranero, que los motivó y sacó a relucir sus mejores pilchas. El artiguense Jonathan Ramis, que estuvo intratable, armó una contra por la derecha. Enganchó y tocó rápido con Leandro Ezquerra que, con un medido pase, dejó solo a Juan Pablo Rodríguez. El capitán, con alma y vida, le rompió el arco a Jorge Bava en su palo más cercano.
Con el armamento pesado, los dos jugaron un bonito y atractivo primer tiempo. Liverpool probó por afuera con el juvenil Nicolás de la Cruz, que siempre ganó. Quizá no tener tan cerca a Renato César o Junior Arias impidió que los negriazules no generaran una molestia significativa. El peligro llegó con un cabezazo del volante Gonzalo Freitas, que reventó el travesaño. Los locales se acomodaron mejor y su juego relució. El pulmón era Ezquerra, que arrancó una bonita jugada de taco para el segundo. Ignacio Nicolini asistió a Jean Pierre Barrientos, éste se movió, tocó con Ramis, que se la devolvió, y lo dejó solo en el área. El punta castigó con fuerza, pero Bava adivinó; sólo que en el rebote, como el más vivo de todos, Ramis la mandó a guardar y puso el 2-0, y fue su primer gol en su vuelta al fútbol uruguayo.
Para el complemento, Verzeri salió a buscarlo. Paulo Pezzolano y Jhonatan Candia fueron las apuestas, pero la jugada salió mal. Se planifica una cosa y una acción de juego lo derrumba. Juan Pablo Rodríguez, que esta vez volcó su intensidad para el buen juego, robó una pelota en la salida, la mandó y otra vez el norteño Ramis la pudrió para marcar el 3-0.
El resultado condicionó y obligó a los de Belvedere a jugarse al todo o nada. Llegaron, es cierto, fueron mejores, y quizá merecieron más. El Loco Jorge Contreras estuvo impecable, tapó todo, aunque en una no pudo. Primero le avisó Junior Arias, y ganó el Loco. Pero enseguida, tras un tiro de esquina y una segunda pelota, el delantero se llenó la pata de gol.
La incertidumbre quedó en el final, porque el negriazul atacó más, pero siempre chocó con la muralla cervecera. Racing, intranquilo, buscó el gol, pero falló en la definición, y tuvo que sufrir hasta la última pelota para estar en paz. Esta vez le salió todo, y por eso ganó.