Las otras

Además de las elecciones presidenciales, ayer se votó para elegir a los gobernadores de 11 provincias: Buenos Aires, Catamarca, Chubut, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz.

En Buenos Aires la elección se preveía peleada, pero finalmente ganó la coalición Cambiemos con un margen de más de 5%. Su candidata, Vidal, obtuvo 39,5% de los votos frente al 35,2% de Fernández, según los datos oficiales con el 96,7% de los votos escrutados. Horas antes, jerarcas del gobierno bonaerense habían llegado a celebrar la victoria de Fernández en redes sociales. En Santa Cruz las normas que rigen las elecciones son distintas, por lo que cada sector pudo presentar a varios candidatos. Allí los resultados oficiales indicaban, con 96,7% de los votos escrutados, que con 51,6% el FpV le ganó al bloque opositor, Unión para Vivir Mejor (integrado por los partidos de Cambiemos y el FR de Massa), que obtuvo 45,8%. Dentro del FpV la ministra de Desarrollo Social del gobierno nacional, Alicia Kirchner, venció al actual gobernador, Daniel Peralta, con 67,5% frente a 32,5%. Santa Cruz es gobernada hace 24 años por el kirchnerismo.

Mientras tanto, en el búnker de Scioli se pedía prudencia y se decía que el candidato oficialista había ganado las elecciones con una votación “contundente”. Diego Bossio, que fue designado por Scioli como ministro de Planificación Federal en un eventual gobierno suyo, dijo que el FpV sacó más votos que en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y que amplió la diferencia con el segundo más votado. Para ganar las elecciones en primera vuelta, Scioli debía superar el 45% de los votos o reunir 40% y una diferencia superior a 10% respecto del segundo más votado.

Hasta la medianoche no hubo resultados oficiales ni encuestas a boca de urna que se difundieran por los medios de comunicación, y cada sector tenía sus cifras, de circulación interna. El único que las dio a conocer abiertamente fue la coalición Unidos por una Nueva Argentina (UNA), de Massa: 40% Scioli, 32% Macri y 20% Massa. Otros sondeos mencionados en los medios argentinos citaban cifras similares. Sí se informó oficialmente que la participación en los comicios fue de 79%, cinco puntos por encima de las últimas PASO.

“Evidentemente, no conseguimos todo lo que esperábamos”, reconoció el asesor de Massa Alberto Fernández. Dijo que la campaña de Macri por el “voto útil” perjudicó al candidato de UNA. Sin embargo, consideró que Massa hizo “una gran elección” y descartó pronunciarse sobre un eventual acuerdo entre UNA y Cambiemos.

Cuando Scioli habló en el búnker oficialista fue para reconocer, aunque sin decirlo expresamente, que la victoria no había sido suficiente como para evitar la segunda vuelta. En su discurso, tras agradecer a quienes lo votaron, retomó el tono de campaña: “Existen dos visiones muy diferentes del presente y el futuro de Argentina que están en juego”, dijo, y advirtió: “Los argentinos no quieren volver al ajuste, la devaluación y el endeudamiento”.

“Yo sé qué hay que hacer y cómo hacerlo, y estoy listo para empezar desde el próximo 10 de diciembre”, aseguró, en referencia a la fecha en la que asume el próximo presidente argentino. Scioli sostuvo que “se puede crecer solamente distribuyendo” la riqueza, y se comprometió a “cambiar lo que haya que cambiar”.

Además, agradeció a la presidenta Cristina Fernández. “El 10 de diciembre asumiremos en un país normal”, gracias a ella, dijo. Horas antes, al votar, Fernández había dicho que el kirchnerismo cumplió “la promesa de construir un país normal”, en referencia al deseo del ex presidente Néstor Kirchner.

Más tarde, sobre las 11.30, Macri aseguró que la jornada electoral de ayer “cambia la política” de Argentina. “Yo les dije que este día iba a empezar una revolución de alegría en la República Argentina”, dijo, y afirmó que el crecimiento de Cambiemos en las elecciones presidenciales “se extiende por todo el país” también en las elecciones regionales.

“Estoy acá en buena fe, con buenas intenciones; no estoy acá por una cuestión de vanidad ni de desesperación por el poder. Estoy acá porque creo en ustedes, ustedes me convencieron de que son capaces de crecer, de desarrollarse”, dijo Macri, y aseguró que quiere la inclusión, “pero no sólo la social sino también la de quienes piensan distinto”.

En minoría

Además de Scioli, Macri y Massa, competían ayer por la presidencia argentina Adolfo Rodríguez Saá, Margarita Stolbizer y Nicolás del Caño. Al momento de votar, el senador Rodríguez Saá, candidato de Compromiso Federal, dijo a la prensa que le hubiera gustado “la conformación de mayores alianzas”, y agregó: “Lo intentamos, pero hubo egoísmos que no lo permitieron”. Quizá por eso manifestó su expectativa de que a partir de las elecciones de ayer fuera posible “entablar un diálogo entre todos los candidatos”.

En su cierre de campaña, Rodríguez Saá había dicho que pelearía por llegar a una segunda vuelta, pero que si no lo lograba, apuntaría a alcanzar un “Acuerdo por la Argentina”, que debería contener “tres o cuatro puntos” de coincidencia como condición para respaldar a uno de los candidatos.

También Margarita Stolbizer, candidata del frente Progresistas (integrado por Generación para un Encuentro Nacional, Libres del Sur y el Partido Socialista), presentó en su cierre de campaña la postura que mantendrá después de la votación de ayer: “Voy a cooperar desde el lugar de la oposición con cualquiera que gane; hace falta un progresismo que frene y que controle. Hay que hacer una estrategia para que la política de confrontación se transforme en diálogo y cooperación”. Anoche, Stolbizer afirmó: “Cuando las aguas de este contexto de polarización ajeno a nosotros bajen, el progresismo se volverá una alternativa de gobierno de la Argentina”.

Ayer, al votar, Rodríguez Saá le pidió “al Cristo de la Quebrada” que “iluminara” a los argentinos. No fue el único en apelar a la fe. La diputada de la Coalición Cívica Elisa Carrió, que esta vez optó por apoyar la candidatura presidencial de Macri, dijo a periodistas: “Estamos convencidos de que vamos a tener una elección de la que vamos a salir exitosos; además, ayer rezamos en el Santuario de San Nicolás y como hoy es 25, la Virgen no nos va a fallar”.

Más terrenal, Del Caño dijo que su Frente de Izquierda y de los Trabajadores (integrado por el Partido Obrero, Izquierda Socialista y el Partido de los Trabajadores Socialistas) tenía fuertes expectativas de “conquistar bancas en el Congreso”. Aseguró que su alianza iba a “hacer historia”.

Las dudas que arrojó la oposición acerca de la transparencia de las elecciones de ayer fueron un tema de campaña, y algunos dirigentes del oficialismo aludieron a estas sospechas también ayer. Uno de ellos fue el propio Scioli, que pidió “respeto a la voluntad popular”; otro fue el ministro de Economía, Axel Kicillof, quien dijo que “intentaron generar un enrarecimiento del clima cívico”, pero “afortunadamente no lograron nada de eso”. Más directo, el secretario general de la Presidencia, Eduardo Wado de Pedro, dirigente de la agrupación kirchnerista La Cámpora, criticó a “medios como Clarín, que se la pasó ensuciando el proceso electoral”, y dijo que a pesar de eso la sociedad estaba ayer “feliz, yendo a votar, eligiendo con tranquilidad por ellos, por su familia, por su futuro”.

Cuando Scioli votó, les pidió a los argentinos que se contagiaran de “la garra y el espíritu” de los Pumas, el equipo argentino que ayer jugaba en Londres en las semifinales del Mundial de rugby. “Los Pumas son una expresión de lo que debe ser el país. Nos tenemos que contagiar de esa garra, de esa actitud. Yo lo entiendo porque vengo del mundo del deporte. Cuando se llega a ese lugar, no es casualidad”, dijo. También Macri habló de ese equipo: “Los Pumas representan mucho de ese cambio que queremos los argentinos”.

Sin embargo, los Pumas no lograron derrotar ayer a sus rivales, los Wallabies de Australia, y deberán pelear por el tercer puesto en el Mundial. En cambio, Scioli y Macri parecían ayer contar ambos con una segunda oportunidad de ganar, el 22 de noviembre.