Durante la cumbre, el presidente palestino, Mahmud Abbas, dio un discurso en el que pidió a los países de América del Sur que adopten las mismas medidas que tomó la Unión Europea (UE) ayer acerca del etiquetado de los productos procedentes de los territorios palestinos ocupados por Israel.

La Comisión Europea aprobó directrices que exigen que los productos agrícolas y cosméticos fabricados en los asentamientos israelíes en Cisjordania, Jerusalén Este y el Golán sean etiquetados de forma diferencial, dejando claro que no son producidos en territorio israelí. “El territorio ocupado no es parte del Estado soberano de Israel, de modo que los productos no pueden ser vendidos como made in Israel”, explicaron fuentes comunitarias a los medios europeos, informó la agencia Efe.

Mientras Abbas usaba estas medidas de la UE como un ejemplo de cómo la comunidad internacional puede presionar a Israel para que desocupe esos territorios, el gobierno israelí presentó una queja formal ante la UE, convocó a consultas al embajador del bloque en Tel Aviv, Lars Faaborg-Andersen, y anunció la suspensión de varios encuentros con la UE en diversos ámbitos, previstos para las próximas semanas. Además, el primer ministro Benjamin Netanyahu advirtió que la economía israelí “soportará” el golpe, y que “los que serán dañados son los palestinos que trabajan en fábricas israelíes”.

Al final de la cumbre se aprobó una resolución que aboga por la integración económica de los países participantes, condena el terrorismo y defiende una solución pacífica de los conflictos de Medio Oriente, informaron diversos medios.

En los dos días que duró el encuentro, otro de los temas que más centraron la atención de algunos participantes fue la situación del petróleo, cuyo precio se estancó en un nivel perjudicial para algunos países exportadores, como Venezuela y Ecuador. Justamente, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y el venezolano, Nicolás Maduro, mantuvieron reuniones por separado con el rey saudita, Salman bin Abdelaziz, para tratar esta situación.

La economía de Arabia Saudita le permite a este país sostener los actuales precios del petróleo y no hacer una reducción en su producción. Su postura en la última reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) fue que todos los países miembros mantuvieran sus niveles de producción, de forma tal que los precios siguieran bajos y que los países ajenos al grupo, entre ellos Estados Unidos, tuvieran pérdidas y se vieran obligados a bajar su producción, generando menos competencia para la OPEP. Pero también algunos países miembros de la OPEP sufrieron estas condiciones, entre ellos Ecuador y Venezuela, para los cuales la venta de crudo tiene una fuerte incidencia en la cantidad de divisas que ingresan, con economías que no les permiten grandes pérdidas en la venta de su principal producto de exportación, el petróleo.

Sólo en Venezuela, 96% de las divisas que ingresan lo hacen por la venta de petróleo. En su presentación ante la cumbre, Maduro abogó por buscar una “fórmula” que permita establecer un “precio justo” para el crudo, y dijo que confía en que se encontrarán soluciones en el “corto plazo”. Para la economía ecuatoriana, la caída del precio del petróleo ha significado una pérdida de 7% del Producto Interno Bruto, dijo a Efe el vicecanciller ecuatoriano, Xavier Lasso. Éste también señaló que Ecuador apuesta por una pequeña reducción de la producción, que “no va más allá de 1,6%”. Según dijeron Maduro y Correa a distintos medios periodísticos, el rey saudita se mostró abierto a evaluar las situaciones de sus países en la próxima cumbre de la OPEP, prevista para el 4 de diciembre.