Miles de personas celebraron ayer en las puertas del Parlamento portugués la caída del gobierno de Pedro Passos Coelho, que se había conformado gracias a una alianza entre el conservador Partido Social Demócrata y el Centro Democrático y Social-Partido Popular. También había una movilización favorable a la continuidad del gobierno y en contra de la alianza que anunciaron, la semana pasada, el Partido Socialista (PS) y el Partido Comunista (PC).

Tras anunciar su pacto, los partidos de izquierda impulsaron en el Parlamento varias mociones de censura contra el gobierno de Passos Coelho, que no contaba con la mayoría parlamentaria, por lo cual ayer sufrió su caída. Passos Coelho dirigirá ahora un gobierno interino hasta que el presidente Aníbal Cavaco Silva resuelva qué camino seguirá. Una opción es que convoque al líder del segundo partido con más votos en las últimas elecciones -António Costa, del PS- para formar un gobierno, otra es que llame a elecciones -que deberán ser convocadas después de junio de 2016 por las normas portuguesas- o, la última, que elija un gobierno de “iniciativa presidencialista”, conformado por técnicos independientes o de distintos partidos y dirigido por él.

Ayer parecía lo más probable que Cavaco Silva, compañero de partido de Passos Coelho, convoque a Costa para que forme gobierno, especialmente después de que se anunciara el acuerdo. Se trata de un pacto del PS a tres puntas: con el PC por un lado, con el Bloco de Esquerda por otro y con Los Verdes por otro. Esto se debe a una exigencia del PC, que pidió que los tres acuerdos se negociaran por separado y que no hubiera instancias en común. Una vez escritos los tres acuerdos, éstos quedaron firmes gracias a la aprobación del Comité Central del PC, que si bien aprobó sólo el texto definido entre el PC y el PS, tuvo en consideración a todos los demás.

Por primera vez en cuatro décadas la izquierda forjó una alianza de gobierno, pero en realidad el pacto es “por una legislatura”, términos un poco vagos, porque la legislatura ya comenzó y las cámaras pueden ser disueltas en cualquier momento. Además, esta alianza no garantiza la unidad de acción en el Parlamento. De hecho, en la sesión de ayer cada grupo aplaudió a sus representantes sin mostrar su respaldo a los otros partidos de la alianza.