Se suspendieron dos partidos de fútbol en Europa por “razones de seguridad”. El primero, que se canceló en la noche del lunes después de un informe del Centro de Crisis belga que alertaba de un “riesgo real de atentado”, fue el amistoso que iban a disputar el martes las selecciones de Bélgica y España en el estadio Rey Balduino de Bruselas. Según informó la Real Federación Española de Fútbol, la advertencia se debió en particular al riesgo que supone que Salah Abdeslam, sospechoso de colaborar con los responsables de los atentados del viernes en París, y sobre quien pesa una orden internacional de captura, tenga familiares en Bélgica y continúe en libertad.

Otro de los factores que motivaron a los representantes de la Federación Española, la Federación Belga y la Policía a cancelar el partido fue una alerta de bomba en una calle de Bruselas cercana al hotel Steigenberger, en el que se alojaba la selección española.

Después de los ataques del grupo jihadista Estado Islámico en París, y luego de que se confirmaran vínculos entre sus responsables y ciudadanos belgas, el nivel de alerta terrorista en Bruselas pasó de riesgo 2 a riesgo 3. La fuga de Abdeslam fue también un factor decisivo. Al respecto, el diario belga Het Laatste Nieuws advirtió que los servicios de inteligencia “disponen de indicios sólidos” de que Abdeslam “prepara un atentado” en Bélgica. A la vez, explicó que se trata de una persona “peligrosa”, que “se ha dado a la fuga y no tiene nada que perder”. La publicación agregó: “Tememos que quiera morir como un mártir”.

También fue suspendido el amistoso entre las selecciones de fútbol de Alemania y Holanda, que se iba a jugar en la ciudad de Hannover, debido al riesgo de un ataque “con bomba”, según informó la Policía local. Como el partido se suspendió dos horas antes de la hora de comienzo, la Policía tuvo que pedirle a la gente que ya estaba en el estadio que regresara a sus hogares y evitara “grandes concentraciones” cerca del estadio o en otros lugares, como estaciones de trenes. Wolker Kluwe, jefe de Policía de Hannover, dijo a la cadena de televisión pública ARD que había “indicios concretos” para pensar en un posible ataque terrorista “con explosivos”, y que por eso se canceló el encuentro. Aunque todavía no habían llegado al estadio cuando se ordenó la evacuación, estaba previsto que presenciaran el amistoso la canciller alemana, Angela Merkel, y los ministros de Economía, Sigmar Gabriel, y del Interior, Thomas de Maizière.

Alemania había decidido no jugar este partido debido a lo ocurrido en París, pero después había cambiado de idea en una muestra de solidaridad con Francia.