No tenía chance. La única forma de seguir en carrera por el título de la Liga Regional de Básquetbol de Soriano para los pragueneses era ganar, porque Pacaembú ya tiene dos juegos en su haber al mejor de cinco. Y lo logró, basado en la intensidad de la marca, ya sea con presión inmediata luego de la conversión o cerrándose en su zona y afirmado en los aciertos ofensivos. La figura preponderante de Praga fue el ala pivot Claudio Charquero, que terminó con 29 puntos (90% en dobles y 100% en libres) y 18 rebotes, pero también se destacó su perímetro con dos jóvenes ex Unión Atlética, Nicolás Bartesaghi y Cristian Mazzuchi, este último con la posibilidad de volver a vestir la azulgrana en el próximo torneo Metropolitano.

Con el resultado registrado, la serie quedó 2-1 a favor de Pacaembú. El cuarto partido será mañana en el gimnasio Mario Bellini del Club Remeros -impecable estadio, con el mejor piso y los aros más modernos de la ciudad, aunque con menor capacidad que el mundialista Alberto Della Santa, donde no se juega para no favorecer a Praga con la localía-. La situación sigue siendo la misma: al celeste sólo le sirve ganar y si Pacaembú consigue la victoria será campeón por segunda vez en su historia. En la definición hay dos quintetos iniciales de lujo. En el ganador jugaron en el último partido Martín Dudoy en la base junto con los mencionados Bartesaghi, Mazzuchi y Charquero, más Nicolás Quilla Barrera. Por su parte, en Pacaembú alternaron la doble base Daniel Rivero y Bruno Torres, Facundo Ferreira fue alero y en la tabla arrancaron el yanqui Howard Wilkerson -ex Goes, Urunday Universitario, Yale, Sayago y Tabaré- y Sebastián González. La presión hace diamantes. Esto de tener la soga al cuello con match point permanente provocó en Praga la necesidad de hacer un partido redondo, y lo fabricó con una marca asfixiante.

El físico paga, y ahí estuvo el acierto de Claudio Batista, el joven entrenador del celeste. Consciente del largo de su equipo y de que Pacaembú había ganado el segundo partido con sus cuatro fichas más importantes sumando casi los 40 minutos de juego, en el segundo chico siguió con el planteo de no dar respiro y rotó su plantel.El último cuarto fue de Pacaembú, pero la distancia para recortar era mucha.Explotó de emoción el colmado estadio mercedario. Todo era incertidumbre hasta que el inoxidable Caballo Lambert metió puntos vitales que revivieron a los suyos. Y ya no se les escapó el juego.