Ayer, por primera vez en el campeonato, los tricolores lograron quedarse con la victoria después de tres fechas disputadas. Carlos de Pena fue el autor del único gol en un partido en el que Nacional mereció más pero falló varias oportunidades, además de encontrarse con la figura del arquero fusionado Darío Silva. Ganar, creer, disimular las ausencias y carencias con 3 puntos en el bolsillo. Tal vez un punto de inflexión clave para el ganador.

El primer tiempo fue chato. Rigiéndose estrictamente por el resultado, no se superaron ni estratégica ni tácticamente ninguna de las dos formaciones: el tricolor paró a Gustavo Munúa; Sebastián Gorga, Guillermo de los Santos, Diego Polenta y Juan Manuel Díaz; Gonzalo Porras y Diego Mama Arismendi; Leandro Barcia, Gastón Pereiro y De Pena en función de mediaspuntas; y Sebastián Fernández como hombre de ataque. El Tanque de Raúl Möller entró con Silva en el arco; línea de cuatro con Sergio Felipe, Santiago Fosgt, Julio Ferrón y Juan Pablo Fagúndez; Andrés Aparicio, Pablo Lima, Joaquín Aguirre y Matías Zunino en zona de volantes; más dos puntas, Joel Burgueño y Miguel Murillo. Quizá Nacional apareció un poco más protagonista, teniendo en cuenta que mantuvo más la posesión del balón y buscó abrir la cancha con la profundidad de los volantes por fuera. El Tanque, precavido por filosofía, se cerró bien pero no atacó hasta los 40 minutos, cuando Joaquín Aguirre tuvo un tiro defectuoso desde fuera del área. En el bolso el juego fue preferentemente por la banda derecha. En esa tarea se presentó bien Leandro Barcia, que tiró varios y buenos centros. En uno de ésos se las ingenió Seba Fernández para ganarle por arriba al gigante Fosgt, pero la bola pegó en el lado de afuera de la red. Fue la jugada más peligrosa durante 45 minutos que olieron a 0-0 por todos lados. La actuación del arquero de El Tanque, Darío Silva, incidió mucho en que no se abriera el marcador en la primera parte. Descolgó con seguridad varios envíos aéreos y rechazó un par de pelotas que nadie lograba restar. Es que, visiblemente, El Tanque quiso eso -minimizar al contrario y contraatacar en la medida de lo posible- mucho más que otra cosa. Su otro mérito, además de la actuación del golero, fue haber controlado el teje y maneje de Pereiro.

Hasta que el cerrojo defensivo falló. Munúa despejó con un pelotazo, no la pudo cabecear con firmeza la zaga de El Tanque, la peinada le quedó a Barcia y éste se la cedió a Pereiro. El talento paga, no hay vuelta, y desata nudos en partidos complicados. Enganchó uno, la pisó -le hicieron penal- y se la pasó a De Pena, que no perdonó con tiro rasante. 12 minutos del segundo tiempo y Nacional lograba lo que desde que comenzó el complemento buscaba con más intenciones.

Minutos después, el mismo Pereiro se perdió un gol debajo del arco. Buen desprendimiento de Juan Manuel Díaz, que esquivó en largo al arquero y tiró el centro, pero el volante del bolso pateó defectuoso y muy alto luego de un par de rebotes. Pudo haber sido el 2-0. De todas formas, Nacional no pasó peligro, mucho menos luego de que El Tanque se quedara con diez hombres tras la expulsión de Sergio Felipe.

Sin brillar y con cierta reminiscencia de lo que fue en el Apertura, Nacional terminó consiguiendo el objetivo del domingo: ganar. De esta manera, el bolso sigue con su ventaja de 11 puntos sobre Racing, el segundo de la Tabla Anual, y 14 sobre Peñarol, líder del Clausura junto a Defensor Sporting, con 7 puntos.