La Policía francesa evitó que “una o dos” iglesias fueran atacadas por un supuesto jihadista, informó ayer el Ministerio del Interior. El domingo llamó a la emergencia médica un estudiante argelino de 24 años que vivía en una residencia social universitaria de París y había sido identificado como un islamista radical. Dijo que había sido víctima de un ajuste de cuentas, pero la Policía encontró en su auto y su vivienda cuatro fusiles kaláshnikov, pistolas, municiones y chalecos antibalas. También halló documentación a partir de la cual los investigadores concluyeron que tenía previsto atacar de manera “inminente” uno o varios centros de culto cristianos. Además, sus huellas aparecieron en el auto de una mujer que fue asesinada el domingo, en las afueras de París. La Policía cree que el joven intentó robar su auto y en ese momento resultó herido.
Ataque frustrado
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