La medalla de plata que se colgó Dolores Moreira en Toronto dejó varias cosas para comentar. Primero, la satisfacción de una deportista que le dio la primera medalla a Uruguay en estos Juegos Panamericanos. Segundo, todo lo que hay atrás, tanto de Moreira como de todos los integrantes celestes que conforman una de las delegaciones más grandes en la historia de este evento en tierras canadienses.
Sucede en el fútbol, sucede en todos los deportes. Uruguay parece estar obligado a ganar una medalla en cualquier competencia. Los logros obtenidos años atrás ayudan a alimentar eso. Medallas olímpicas, medallas panamericanas, títulos mundiales, títulos sudamericanos. Pero ¿qué tiene Uruguay para viajar siempre con el deber de ganar? ¿Por qué siempre estamos a la espera de que esa medalla llegue?
En la historia de los Juegos Panamericanos, los deportistas uruguayos obtuvieron cerca de 80 medallas, algo que varios países logran y superan en una sola edición. Es muy difícil competir contra países muy desarrollados en varios aspectos y una hazaña poder desplazarlos, como pasó en la tarde de ayer.
Está en vigencia, y lo estará hasta 2018, el Plan Nacional Integrado de Deporte (PNID). Dudo del conocimiento que se tiene de éste en gran parte de los medios de comunicación. Tiene varios puntos que se están desarrollando y otros que seguramente están en el debe. Pero es un panorama muy claro de la realidad deportiva en Uruguay, que es muy importante conocer para desarrollar una opinión con la responsabilidad que significa escribir o agarrar un micrófono en un medio masivo.
“Según la Encuesta Continua de Hogares (2005), un 60% de la población uruguaya no practica ningún tipo de actividad física o deportiva. Y en las edades entre 18 y 29 años -edades fundamentales para el desarrollo deportivo- el índice de actividad alcanza el 45% para los hombres y sólo el 25% para las mujeres”, dice el PNID. Acá hay que apuntar con todo a que la mayoría de la sociedad tenga acceso a la actividad deportiva organizada y de buen nivel, lo que, sin lugar a dudas, será fundamental para la captación, pensando en el alto rendimiento. Existen los Juegos Deportivos Nacionales y una inversión grande en plazas de deportes. ¿Se difunde? Muy poco. Me interesa que primero lo social esté cubierto para luego pensar en otro nivel. ¿O para tener derecho al deporte hay que pagar una cuota de 2.000 pesos por mes?
Las federaciones también deben jugar su rol. ¿Buscan un apoyo externo o están esperando que el Estado solucione lo que no hacen? ¿Tienen proyectos serios y una planificación estratégica para que puedan ser financiados? No se trata de esperar el dinero sin un trabajo previo pensado y serio. Los deportistas están en todo su derecho de pedir y pedir más. Hacen un gran esfuerzo para salir adelante haciendo lo que les gusta, invierten plata de su bolsillo que seguramente no deberían, no se los difunde como merecen y, como si fuera poco, después les exigimos medallas cuando van a competir.
El periodismo deportivo en este país se reduce a una pelota de fútbol y a algo de básquetbol. Pero cuando hay que pedir, todos son especialistas. Cuando se obtiene una medalla, nunca falta el discurso de que el gobierno debe apoyar a todos los deportistas y el deporte en general. ¿Realmente los comunicadores y periodistas deportivos (de fútbol, básicamente) conocen qué se hace en Uruguay en relación al deporte? ¿O se juega para la tribuna aprovechando el momento de euforia?
Los deportistas de las disciplinas con menos difusión viven y entrenan con muchísimo esfuerzo todo el año, y a la gran mayoría de los periodistas no les interesa. Importa más el color de calza que usa Diego Forlán que la historia de una muchacha que se levanta a las 6.00 todos los días para entrenar y poder cumplir su sueño. Cuando llegan los logros, todos piden y se suben al carro del éxito. En la difusión también se ve el apoyo. Cada uno, desde el lugar que ocupa -deportistas, periodistas, medios de comunicación, federaciones, Estado, etcétera-, debe aportar su granito de arena para crecer.