En el segundo día de su visita a Estados Unidos, el papa Francisco se refirió en un encuentro con obispos a dos temas sensibles: los abusos sexuales cometidos por sacerdotes y la situación de los inmigrantes indocumentados en el país. Francisco dijo que es necesario “continuar trabajando” para que “no se repitan nunca más” los abusos cometidos por integrantes de la iglesia, a los que no mencionó directamente. “Sé cuánto han pesado en ustedes las heridas de los últimos años”, añadió, y elogió a quienes han trabajado para “curar” a las víctimas.

En otra parte de su discurso, el papa agradeció a los obispos estadounidenses por recibir a los inmigrantes indocumentados, y les pidió que lo sigan haciendo. Este tema ya había sido mencionado por Francisco al llegar a Estados Unidos el martes, cuando se presentó como el “hijo de una familia de inmigrantes” que llegaba a un país “construido en gran parte por tales familias”.

Anoche estaba prevista una cena de bienvenida en la Casa Blanca a la que estaban invitadas 15.000 personas. La lista de invitados generó cierta incomodidad en el Vaticano, ya que incluía a un obispo que se declaró homosexual, una profesora que fue despedida de un colegio católico por ser lesbiana y una monja que dirige una organización pro aborto legal. Un funcionario del Vaticano dijo a The Wall Street Journal -que mantuvo su nombre en reserva- que esto generó preocupación por las interpretaciones que se pudieran hacer de los encuentros casuales que se dieran en esa reunión.

Consultado al respecto, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo a los periodistas: “Yo les advertiría que no sacaran muchas conclusiones sobre una, dos o quizá tres personas en la lista de invitados, porque habrá 15.000 personas más ahí”.

Otro punto en la agenda de ayer de Francisco era la canonización de Junípero Serra, un misionero franciscano de la época de la conquista que se convertiría anoche en el primer santo hispano de Estados Unidos, y que es considerado el fundador de California. Según informó la BBC, los pueblos nativos estadounidenses consideran que Serra sometió a sus antepasados como un conquistador más. Ayer el papa dijo que Serra “buscó defender la dignidad de la comunidad nativa, protegiéndola de cuantos la habían abusado”.