Ayer se jugaron dos partidos correspondientes a los octavos de final de la Copa del Rey, en España, con los dos primeros clasificados a cuartos de final. Entre hoy y mañana se definen los restantes clasificados. El clásico andaluz entre Sevilla y Real Betis terminó con un contundente triunfo de los sevillistas 4-0 en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, que dejó la serie favorable a los locatarios 6-0, ya que en la ida también habían ganado, pero 2-0.

Sebastián Cristóforo no fue de la partida y tampoco estuvo en el banco de suplentes de los albirrojos. El Deportivo local recibió una sorprendente derrota 3-0 ante el humilde Mirandés. De esa manera, el club de la provincia de Burgos se clasificó entre los ocho mejores. En la ida habían empatado 1-1.

Hoy siguen los octavos de final con cuatro encuentros. A las 16.30, se enfrentarán Celta de Vigo y Cádiz en Balaídos -la serie está a favor de los gallegos 3-0- y Villarreal ante Athletic de Bilbao en El Madrigal. En la ida ganaron los vascos 3-2. A las 17.00, Unión Deportiva Las Palmas recibirá a Eibar -en la ida fue triunfo para Las Palmas 3-2- y se jugará la revancha del clásico catalán entre Espanyol y el Fútbol Club Barcelona, en el estadio Cornellà-El Prat. En la ida ganaron los culés 4-1 en el Camp Nou. Ese encuentro desató una polémica con entredichos por lo disputado que estuvo y el salteño Luis Suárez recibió una sanción de dos fechas de suspensión.

Mañana a las 16.00 se definen los octavos de final. A esa hora, Granada será local ante Valencia -la serie está a favor del equipo che valenciano 4-0-. A las 16.30, se medirán en el estadio Vicente Calderón el locatario, Atlético Madrid, y el equipo revolucionario de Madrid, el Rayo Vallecano. En la ida, que se jugó en el precioso Campo de Fútbol de Vallecas, terminaron empatados 1-1, con la presencia de José María Giménez entre los titulares del Aleti. Para la vuelta, se espera la presencia de Diego Godín, que cumplirá su partido número 238 con los colchoneros. El fin de semana, en el partido que su equipo disputó ante Celta en Vigo, el capitán de la selección se convirtió en el tercer extranjero con más partidos jugados en el equipo madrileño.