No es nuevo. Un grupo de futbolistas que integran o integraron la selección uruguaya de fútbol, en la voz de su capitán, Diego Godín, pero con la participación activa de muchos más, se ha comprometido en la tarea de generar mejores recursos, sobre todo económicos, para la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y, desde ahí, hacia la propia selección y hacia los clubes locales. Ayer, casi al unísono, Godín, Luis Suárez, Edinson Cavani, Álvaro Tata González, Egidio Arévalo Ríos, Diego Forlán, Diego Lugano y otros hicieron público en las redes sociales un nuevo comunicado en esa dirección.
“Esta semana los jugadores integrantes de la selección mayor, así como el conjunto de ex jugadores de la misma, hemos procedido a intimar a la AUF y a la empresa intermediaria Tenfield, para que cesen, de forma inmediata de usar y explotar de forma ilegítima nuestra imagen, haciendo expresa reserva de nuestros derechos. Nuestro fútbol uruguayo está cada día más pobre y necesitado de recursos. Los jugadores locales son los protagonistas de este deporte y, sin embargo, son los que más sufren esta situación”. Así empieza el comunicado, que tiene su centro neurálgico párrafos más adelante: “Tenemos la más absoluta convicción de que hasta el presente y en contra de todo criterio de racionalidad y justicia la empresa intermediaria Tenfield ha tenido el monopolio de la explotación de todos los activos pertenecientes a la AUF, y no consentiremos que esta situación se vuelva a dar sin plantar cara”.
Pierna firme, pero leal. Los ideales colectivos parecen estar por encima de los individuales, a la vez que la mira a largo plazo es el interés de este grupo de jugadores celestes. Ya salieron a la opinión pública a mostrar cuál era su visión de las cosas tiempo atrás, cuando Nike presentó una oferta para hacerse cargo de los derechos de la camiseta de Uruguay: no les importaba Nike ni Puma ni la marca que viniera, les importaba que se pagase el precio real o más aproximado a lo que significa vestir la selección nacional. La prueba está en que, una vez resuelto que será Puma -de la mano de Tenfield, intermediario por una cláusula de prioridad firmada en 1998-, los jugadores no se refirieron en ningún momento a dicha marca, sino que concluyeron que lo importante es que se consiguió una oferta cinco veces superior a la que existía, más allá de cualquier logo en la parte derecha de las camisetas.
Pero el asunto no quedó ahí, y tal vez no quedará. A los jugadores les sigue haciendo ruido la forma en que la AUF firmó el contrato de la vestimenta de la selección con Tenfield y no directamente con una marca (porque es Tenfield el que oficia de intermediario de Puma). Eso, por un lado. Pero por un carril bien distinto, corren los derechos comerciales de la selección. Más claro: todos estos derechos de esponsorización (en los que entran los de imagen, pero también otros, por ejemplo la cartelería en los partidos de las Eliminatorias o la recaudación por organizar o jugar partidos internacionales) vencen el 31 de diciembre y no tienen nada que ver con el acuerdo AUF-Tenfield- Puma. Es a esto a lo que los jugadores se anticipan, de manera tal de que la AUF negocie libremente, sin intermediarios, y que el dinero que se gane vaya directamente a las arcas del fútbol uruguayo (sin explotadores).
“Los integrantes de la selección mayor, estuvimos, estamos y estaremos comprometidos con la defensa de la celeste en cualquier cancha, asumiendo los riesgos, pero siempre fieles a nuestros principios. El fútbol es nuestra máxima expresión popular, la celeste es del pueblo y es tarea de todos, sin miedos, exigir y conseguir que el fútbol sea ejemplo de honestidad, democracia, independencia, transparencia, solidaridad y valores que hicieron grande a nuestro país”. Así culmina el comunicado. Si será importante encontrar gente que no sólo predica, sino que pone en práctica sus más firmes convicciones. Por ellos, pero para todos. Incluso para los que todavía no han llegado.