El Consejo Ejecutivo de la UNESCO, que está compuesto por 58 países, aprobó ayer una resolución titulada “Palestina ocupada”, que considera la Explanada de las Mezquitas un lugar de culto exclusivamente musulmán. Aunque es cierto que en este lugar, ubicado en Jerusalén Este, sólo rezan los musulmanes, también constituye un espacio sagrado para los judíos, que lo llaman Monte del Templo.

El gobierno israelí considera que tanto el contenido de la resolución de la UNESCO como la terminología utilizada niegan el vínculo entre los judíos y ese lugar. Argumenta, por ejemplo, que el texto no alude nunca al territorio bajo la denominación Monte del Templo y que hace referencia en primer lugar al Muro de los Lamentos por su nombre árabe -Al-Buraq-, y menciona el “Muro de los Lamentos” entre comillas. La UNESCO había aprobado el jueves un borrador de la propuesta, presentada por Palestina y apoyada por Egipto, Argelia, Marruecos, Líbano, Omán, Catar y Sudán. El objetivo, según establece el texto, es “preservar el patrimonio cultural de Palestina y el carácter distintivo de Jerusalén Este”, la parte árabe de la ciudad, y en la que se encuentran los lugares sagrados para judíos, musulmanes y cristianos. Entre otras cosas, el texto denuncia las violaciones de Israel a la autoridad jordana, las incursiones israelíes en la explanada y las restricciones de acceso impuestas a los musulmanes.

La iniciativa provocó la inmediata reacción de Israel, que a las pocas horas de conocer el borrador cortó todas las relaciones con la UNESCO. “Decir que Israel no tiene relación con el Monte del Templo y el Kotel [el Muro de los Lamentos] es como decir que los chinos no tienen relación con la Muralla China”, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la semana pasada.

También el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, criticó la resolución y mediante un portavoz destacó que los lugares sagrados de Jerusalén tienen un “vínculo religioso e histórico” con judíos, musulmanes y cristianos.

En tanto, el embajador adjunto palestino en la UNESCO, Munir Anastas, dijo ayer en una declaración a la prensa que la resolución “recuerda a Israel que es la potencia ocupante en Jerusalén Este y le pide que cese los abusos”. En 1967, Israel ocupó la parte árabe de la ciudad, en cuyo interior la administración está a cargo de Jordania y una autoridad musulmana.

La resolución de la UNESCO fue aprobada con 24 votos a favor, ocho en contra y 26 abstenciones.

Jerusalén aparece como uno de los puntos más difíciles de resolver en las distintas negociaciones de paz que han mantenido israelíes y palestinos, debido a que las dos partes reclaman esa ciudad como su capital. Israel ha insistido en una Jerusalén como su capital “eterna e indivisible”.