Después de dos semanas de intensos combates, las fuerzas iraquíes -respaldadas por la coalición internacional liderada por Estados Unidos y combatientes kurdos y chiitas- ingresaron a Mosul, la única ciudad de Irak que todavía está controlada por EI. Lo hicieron dos días después de que la unidad antiterrorista del Ejército iraquí, que lidera la ofensiva, reanudara la operación, ya que la semana pasada se hizo una pausa para que las fuerzas militares regulares pudieran ganar terreno en otros frentes. Los militares que suben desde el sur vencieron la resistencia en la localidad de Al Shura y esto les permitió acercarse a Mosul.

El Ejército de Irak manifestó ayer en un comunicado que rompió “la línea de frente” de EI en Mosul y logró liberar “un área muy importante” del este de la ciudad. El primer edificio que capturaron los iraquíes, el martes, fue la sede de la televisión de Mosul, una acción sobre todo simbólica para marcar su presencia en la ciudad, ya que la cadena permanecía inactiva desde la llegada de EI en 2014. Desde ese punto, la unidad antiterrorista y sus aliados empezaron a expandirse a los barrios residenciales.

Las primeras localidades liberadas, próximas a la ciudad, estaban ubicadas en el área de Bartella, según informó el portal Iraqi News. Por su parte, las Fuerzas de Movilización Popular -una coalición de milicias chiitas apoyada por Irán que comenzó a participar en la ofensiva el sábado- lograron cortar en territorio iraquí la ruta que conecta a EI con Siria. Ese canal era utilizado por los yihadistas para abastecerse y escapar hacia la ciudad siria de Raqqa. En el camino, los chiitas lograron hacerse con el control de cinco aldeas ubicadas al oeste. En total, en los últimos cuatro días, los combatientes chiitas avanzaron sobre 49 aldeas, mataron a 47 yihadistas y destruyeron cinco coches bomba, informaron en un comunicado.

Mohamed al Bayati, el jefe de seguridad de la provincia de Nínive -cuya capital es Mosul-, dijo ayer a la agencia de noticias Efe que la mayoría de los combatientes de EI se retiraron de la zona este de la ciudad de Mosul ante el avance de las tropas iraquíes. También informó que las fuerzas gubernamentales “están preparadas para hacerse con el control total” de las áreas próximas al río Tigris, pero que este avance podría ser lento por la presencia de civiles.

De acuerdo con Al Bayati, los yihadistas están “colapsando” y “desconcertados por el avance de las fuerzas de seguridad, la pérdida de varias zonas que controlaban y por su incapacidad para detener a las tropas”.

Desde que comenzó la operación en Mosul, los milicianos de EI combatieron con coches bomba, francotiradores, artefactos explosivos en las calles y morteros. También incendiaron pozos petroleros para cubrir sus movimientos con el humo, que no dejaba ver. Otra de las estrategias de EI es asesinar a antiguos militares iraquíes, posiblemente para asegurarse de que no haya líderes para una eventual rebelión en su contra.

El sábado, el grupo yihadista mató a tiros a 40 ex miembros de las fuerzas de seguridad y lanzó sus cuerpos al Tigris, según denunció la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Ayer, los yihadistas asesinaron de la misma forma a 52 jóvenes en un colegio público situado en el este de la ciudad de Mosul, según reportó Efe citando a residentes locales.

Las víctimas también habían formado parte del Ejército iraquí en el pasado. De acuerdo con la agencia, EI había pedido a los habitantes de los barrios del este de Mosul que acudieran al colegio con sus pertenencias y documentos de identidad si no querían que sus casas fueran atacadas, en un mensaje reproducido en los altavoces de las mezquitas. El domingo, otros 50 ex militares y policías fueron ejecutados en Hammam al Alil por sospechas de que planeaban rebelarse para ayudar a las tropas iraquíes.

El avance de las fuerzas gubernamentales parece estar impulsando a algunos residentes de Mosul a sublevarse contra los yihadistas. Según fuentes de la agencia Efe, grupos de resistentes armados, autodenominados Caballeros de Mosul, combaten a EI en los barrios de Al Wahda, Al Qudis, Al Karama y Al Mizaq, ubicados al este del Tigris.

Crisis humanitaria

La intensificación de los combates de los dos bandos dificulta la huida del millón y medio de civiles que todavía viven en Mosul, una población mucho más grande que la de otras ciudades que EI tomó en Irak y Siria en los últimos dos años. Los civiles corren el doble riesgo de morir en el fuego cruzado o ser utilizados como escudos humanos. Según la ONU, miles de personas ya fueron desplazadas hacia el interior de Mosul con este fin.

La ONU denunció el martes que, sólo ese día, EI secuestró a cerca de 25.000 personas para trasladarlas a Hamam al Alil, 30 kilómetros al sur de Mosul, y utilizarlas como escudos humanos. La portavoz de derechos humanos de la organización, Ravina Shamdasani, explicó que el grupo yihadista coloca a los civiles en instalaciones que puedan constituir posibles objetivos del Ejército.

El asesor especial de la ONU para la Prevención del Genocidio, Adama Dieng, condenó el martes esta práctica y pidió que se recopilen pruebas para llevar a los yihadistas ante la Justicia. En su opinión, las acciones de EI implican un “continuado y absoluto desprecio por los derechos humanos y la ley humanitaria”. Dieng, además, advirtió que es “probable que EI aumente esas tácticas conforme avancen las operaciones militares”.

El funcionario de la ONU recordó al gobierno de Irak, al mismo tiempo, que las operaciones militares en Mosul deben desarrollarse en total respeto de las normas internacionales. “Bajo la ley internacional, la responsabilidad de mando supone que aquellos con autoridad serán considerados responsables de las acciones de fuerzas bajo su control”, sentenció el asesor.

Dieng también expresó su preocupación por el riesgo de que grupos armados que actúen en nombre de comunidades étnicas o religiosas puedan actuar contra la población sunita de la zona. En ese sentido, destacó como positivos los mensajes del gobierno y de autoridades religiosas en los que se pide que se proteja a los civiles, y animó a los líderes a trabajar para reparar las brechas entre comunidades.

En tanto, los que pueden escapan. Una actualización realizada ayer por la ONU ubicó en 21.000 la cifra de desplazados desde que empezó la ofensiva en Mosul. De este total, la mitad se encuentra en campamentos y la otra mitad en comunidades de acogida, según informó en una conferencia de prensa el portavoz de la ONU Stéphane Dujarric. Según los cálculos de la organización internacional, unas 200.000 personas podrían verse obligadas a desplazarse desde ahora hasta que termine la ofensiva en la ciudad, lo que podría resultar en una grave crisis humanitaria.