Las últimas novedades sobre el 5º Campeonato Sudamericano Sub 17 de fútbol femenino llegaron desde Asunción: se acortan las fechas de preparación y, a la vez, se achican los tiempos de los que dispone el cuerpo técnico celeste, en tanto el viernes de la semana próxima deberá presentar la lista de buena fe con 22 jugadoras. Además, se adelantó el comienzo del torneo del 4 al 1º de marzo, hasta el día 20.
Sorteo con poca suerte
El sorteo de conformación de los dos grupos, realizado el miércoles, no favoreció a Uruguay, que tendrá como rivales a las dos selecciones más fuertes en el fútbol femenino sudamericano: Brasil y Colombia. La integración de los grupos quedó así: en el grupo A están Venezuela, Paraguay, Argentina, Chile y Perú, en tanto que el grupo B tendrá a Brasil, Colombia, Uruguay, Bolivia y Ecuador. En lo previo el grupo A parece ser más parejo, por lo que es difícil pronosticar cómo se desarrollará. En el B el favoritismo surge con claridad para brasileñas y colombianas.
El formato del torneo será el acostumbrado: se disputará en dos etapas, la primera fase y la fase final. La primera fase se compondrá con dos grupos de cinco equipos cada uno. Clasifican a la etapa final las dos primeras selecciones de cada grupo. La fase final, entonces, la disputarán los cuatro equipos clasificados, en el sistema todos contra todos. Las tres selecciones ubicadas en las primeras posiciones de esta fase final clasificarán a la Copa del Mundo de la FIFA, a disputarse en Jordania entre el 30 de setiembre y el 21 de octubre de este año. Lo que falta por definir es el programa de partidos de cada grupo, con días, horarios y escenarios, que se darán a conocer en los próximos días.
Lo hecho y lo que queda por hacer
Aparte de un entrenamiento que se realizará hoy en el Complejo Deportivo del Ejército, la actividad central de la semana serán dos jornadas en San Carlos. Martes y jueves se jugarán dos partidos seguidos cada día, uno con Rocha -equipo que juega los torneos de Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF)- y otro con Deportivo Gardel -que se desempeña en Organización del Fútbol del Interior-. La delegación celeste se alojará en el Campus de Maldonado.
Hasta ahora, la preselección ha entrenado seis de los siete días de la semana y ha jugado dos partidos de mediana intensidad por semana, ante equipos juveniles de la AUF. Se comprende que una selección de todos los equipos es mucho más que cada equipo en particular, al que le faltan sus mejores jugadoras. Para experimentar una intensidad que se acerque a la que se deberá enfrentar en plena competición sudamericana con partidos cada 48 horas, habría que crear situaciones similares. Mucho más valioso que enfrentar a Huracán, Colón, Peñarol, Nacional o City Park, lo que ha sucedido en los últimos 15 días se debería haber utilizado como sparring con una selección mayor o sub 20 para aumentar la exigencia. Incluso hubo partidos parejos en el tanteador en la primera media hora (del de Colón y City Park, por ejemplo) que luego devinieron en goleadas que marcaban la existencia de fuerzas muy dispares. Hay una solución en el poco tiempo que queda: utilizar a equipos de jugadoras mayores para brindar una oposición más similar a las condiciones que encontrarán cuando se enfrenten a Colombia y Brasil y a los no tan fáciles Ecuador y Bolivia.
La búsqueda de plantel y titularidades
Sin meterse en la valoración individual de las jugadoras, hay un aspecto que marca fortaleza en la preparación. El cuerpo técnico encabezado por Ariel Longo ha buscado definir -al mismo tiempo que se hacen pruebas- una formación titular que sirva de base para conjuntar y armonizar jugadoras de diversas procedencias y experiencias.
Es así que en la línea defensiva de cuatro jugadoras, las centrales han sido Daniela Olivera (Nacional, 2001), la única jugadora que quedó de la anterior selección sub 17, y Daiana Farías (Colón, 1999). La lateral izquierda siempre fue Martina Duque (San Jacinto, 2000). En el lateral derecho pareció afirmarse Ana Laura Camargo (Colón, 2000) pero una lesión la ha tenido al margen en los últimos movimientos. Como volantes de contención la dupla más utilizada ha sido la de Agustina González (San Jacinto, 2000) y Paola Fitipaldi (Wanderers, 1999). Han alternado en esa posición la duraznense Carol Bermúdez, llamada tardíamente al plantel, y Deyna Morales (San Jacinto, 2001), aunque ambas tienen más características de armadoras. Como enlaces externas, al margen de otras pruebas, han estado casi siempre Lucía Pérez (San Jacinto, 2000) por la derecha y Belén Yuvet (Nacional, pero formada en City Park, 1999) por la izquierda. En el ataque las más firmes son Cecilia Gómez (Colón, 2001) y Romina Girbau (San Jacinto, 2000) aunque, en una zona que se puede calificar como fuerte, también tienen buenas posibilidades Melisa Molina (Juventud, 2000), la artiguense Flavia Castel (Nacional de Artigas, 1999) y Mayra Casal (Peñarol, 1999).
Dejamos para lo último el puesto de golera, para el que hay ¡seis jugadoras preseleccionadas! La favorita para la posición, la sanducera Shakira Lauyé (San Miguel, 1999) tiene una lesión en el hombro que no le ha permitido entrenar en su función específica. Han estado cubriendo bien y muy bien la posición la duraznense Josefina Villanueva (Colón, 2000) y Catalina Mochetti (San Jacinto, 2000). Llegó hace poco la helvética Agustina Sánchez y se mantienen la jovencita Inailén Rodríguez (San Jacinto, 2002) y la montevideana golera de futsal Valentina Ojeda. Difícil el trabajo para el Niño José Luis Sosa, un capo de la enseñanza específica de ese puesto. El Sudamericano se disputará en la ciudad de Maracay, la quinta en población de Venezuela, (un poco mayor que la de Montevideo), ubicada a 100 kilómetros de Caracas, separada del Caribe por la Cordillera de la Costa y conocida como “la ciudad jardín”. La fiesta está cerca. Uruguay ajusta su llegada a los apurones.