El intendente de Paysandú, Guillermo Caraballo, denunció a principios de esta semana varias irregularidades administrativas cometidas durante la gestión de la comuna de su antecesor, Bertil Bentos. Una de ellas fue el desvío de fondos del Presupuesto Participativo. Con respecto a esto, varios ex jerarcas reconocieron que se actuó “con negligencia”, ya que “la ciudadanía debería haber votado qué proyectos querían que se realizasen, pero también a dónde deberían ser desviados los fondos. Porque, en definitiva, de lo que se trata es de la participación”.
Otras de las irregularidades constatadas fueron la destrucción o adulteración de actas sobre multas, la entrega de canastas a personas con mayores ingresos de los requeridos, y la venta de terrenos sin comprobantes legales. Pero ayer se conoció una nueva denuncia. “Los jerarcas de la administración pasada solían contratar servicios sexuales de menores de edad para sus orgías, y con dinero de la comuna. Esto era una práctica corriente. Pero en varios casos estos servicios nunca llegaban a concretarse. Eso claramente no estaba dentro de las reglas del juego”. Uno de los lugares en donde se realizaban estas fiestas privadas era la Casita del Parque, un recinto que se arrendaba para realizar festejos familiares. “La documentación del alquiler para cumpleaños infantiles estaba toda en regla. Pero las partuzas se hacían sin ningún tipo de control. Nadie sabe a qué hora empezaban, a qué hora terminaban, ni cuántos pederastas participaban”. Otro funcionario de confianza del intendente Bentos aseguró que la situación es “mucho peor de lo que parece”. “Las irregularidades van más allá de si los servicios se brindaban o no, o si se hacían con o sin documentación. Los funcionarios que contrataban los servicios de las preadolescentes también eran responsables de las redes de explotación sexual, por lo que hay una conjunción del interés público y privado”.