Históricamente el Frente Amplio (FA) se ha financiado en gran parte con un porcentaje de los sueldos de los legisladores y dirigentes con cargos de confianza. “Acá la palabra clave es ‘compromiso’. La inmensa mayoría de las personas de izquierda hoy por hoy se contenta con votar al FA. Eso de comprometerse, pagar una cuota, salir a vender rifas o tortas fritas en el comité de base ya no existe. Si apostamos al compromiso del pueblo, estamos fritos. La única que queda es recurrir a los dirigentes”, confesó un dirigente de Asamblea Uruguay. “Si fuera por el aporte de nuestros militantes, la sede de la agrupación sería una caja de heladera”, dijo.
El tema volvió a estar en el tapete cuando el semanario Búsqueda publicó que Javier Miranda, titular de la Secretaría de Derechos Humanos de Presidencia de la República y candidato a la presidencia del FA, tiene una deuda con su partido debido a que no entregó el porcentaje de su sueldo estipulado. Miranda se comprometió a pagar el dinero que adeuda, aunque aclaró que en su caso “creo que debería hacerse una excepción”. “Soy solamente secretario de Derechos Humanos, es un cargo simbólico. No se puede pretender equiparar mi cargo con el de un integrante del directorio de UTE, por ejemplo, porque ese señor hace cosas que le importan a alguien. Me piden dinero real por un trabajo que es ficticio. Es una incoherencia. No me dan pelota cuando abro la boca, pero para cobrarme siempre están dispuestos”, aseguró.
Miranda informó que llegó a un acuerdo con la dirigencia de la coalición para abonar el dinero adeudado. Agregó: “El dinero lo pagaría en 12 cuotas. Si me eligen presidente, pago hasta saldar la deuda. Pero si no gano, lo pagaría en 120 cuotas, porque si no salgo presidente del Frente difícilmente vuelva a ocupar un cargo de gobierno. No hay ninguno que esté a la altura del halo de intrascendencia que irradio. De hecho, creo que si pierdo las elecciones me voy a pasar al Partido Independiente. Y ahí sí, tiembla Mieres”.