Comenzó ayer el proceso en el que el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, intentará ser investido presidente del gobierno ante un Congreso adverso. Para hoy está prevista la primera votación de investidura, en la que Sánchez necesitará la mayoría absoluta de los votos para ganar.

El debate de investidura comenzó en la tarde de ayer y contó con la única intervención del líder del PSOE, quien expuso su plan de gobierno en una hora y media. Sánchez habló de “cinco desafíos” a resolver en España: el desempleo, la desigualdad social, la lucha contra la corrupción, el papel de España en la Unión Europea y en el mundo, y la situación de Cataluña. Además, habló de la violencia de género, de crear un pacto de energía que sea “amigable” con el medioambiente, de la política contra el terrorismo, de la crisis de los refugiados y de la reforma constitucional.

Su discurso, en el fondo, se centró en llamar a los demás partidos a “unirse” al “gobierno de cambio” que propone el PSOE (y que cuenta con el apoyo de Ciudadanos, un partido de derecha) y en criticar las debilidades del mandato del presidente en funciones, Mariano Rajoy, del Partido Popular. “Ni estamos de acuerdo con el programa electoral de Ciudadanos ni Ciudadanos con el del PSOE, pero hemos logrado alcanzar un acuerdo de 200 puntos en un territorio compartido”, señaló Sánchez mientras hablaba de la necesidad de un “mestizaje ideológico” que “enriquezca” al país.

“Hasta la peor de las 200 medidas del acuerdo con Ciudadanos es mejor que seguir con Rajoy”, agregó. En su opinión, “un gobierno apoyado desde diferentes fuerzas, con diferentes ideologías, pero que compartan la idea de convivir en un amplio territorio común”, no sólo es “el que mejor representa lo que la sociedad demanda”, sino que “es el único camino posible”.

Pero la izquierda sigue sin ceder a un gobierno que incluya a Ciudadanos. El lunes, Sánchez hizo una nueva propuesta en su último intento de llegar a un acuerdo de gobierno también con partidos de izquierda, y envió cinco documentos a Podemos, a Izquierda Unida-Unidad Popular y a la coalición Compromís, de Valencia. Sin embargo, todos rechazaron esos textos -que consideraron “réplicas” del pacto con Ciudadanos- e insistieron en que Sánchez tiene que elegir entre Ciudadanos o ellos, según informó el diario español El Mundo. Rivera, por su parte, dijo esta semana que si Podemos y el resto de los partidos de izquierda llegan a aceptar la oferta del PSOE, Ciudadanos pasará a la oposición.

Hoy, antes de la primera votación, es el turno de los demás dirigentes. El primero en hablar será Rajoy, líder de la mayor bancada parlamentaria, y lo seguirán el resto de los partidos, por orden de mayor a menor representación. Finalmente, Sánchez cerrará el debate y se abrirá la votación. En esta primera consulta, el líder del PSOE necesita mayoría absoluta, es decir, 176 votos a favor. Por el momento, sólo cuenta con 130.

Si no reúne mayoría, se convocará una segunda votación, prevista para la noche del viernes, cuando le bastaría la mayoría simple. Si Sánchez no consigue ser elegido en ninguna de las dos oportunidades, se abrirá un plazo de dos meses para que los partidos políticos intenten negociar otro acuerdo que permita formar gobierno. De lo contrario, se disolverá el Congreso y se convocará nuevas elecciones para el 26 de junio. El complicado esquema de apoyos que envuelve a Sánchez hace prever para entonces un escenario muy similar al que dejaron las elecciones de diciembre.