Todo empezó cuando los medios británicos divulgaron la semana pasada un video en el que aparecía el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, sentado en el piso del pasillo de un tren, leyendo una revista y tomando café. Corbyn aprovechó la situación, un viaje de tres horas, para denunciar deficiencias en el servicio de trenes e insistir sobre la necesidad de nacionalizarlo, una propuesta que anunció el año pasado cuando asumió el liderazgo del principal partido opositor de Reino Unido.
En el video el dirigente laborista dice que “no hay trenes suficientes” y que eso “afecta a muchos pasajeros cada día”. Corbyn relata: “Hoy, como pasa otras tantas veces, este tren va lleno. El personal que trabaja en él es fantástico, trabajando muy duro para ayudar a todo el mundo”. También explica que prefirió sentarse en el suelo antes que comprar un pasaje para viajar en primera clase porque no quería diferenciarse del resto de los ciudadanos que no pueden “permitirse ese lujo”.
Pero la empresa ferroviaria Virgin, dueña del tren en el que viajaba el líder laborista, salió a responder las declaraciones de Corbyn y difundió una grabación del mismo momento en la que se ven filas de asientos vacíos. En este video también se puede ver cómo Corbyn va dejando atrás asientos desocupados hasta llegar a un vagón completamente abarrotado. Un portavoz de Virgin dijo que la empresa había tenido que pronunciarse ante “la idea de que Corbyn no hubiera podido sentarse en ese servicio, pues claramente no fue el caso”, y describió la actitud del político como una “falta de honestidad”.
El líder del Partido Laborista no hizo declaraciones al respecto. Sin embargo, uno de sus portavoces señaló que el dirigente no había encontrado asientos libres al subirse al tren, pero que “posteriormente, quedaron butacas disponibles y un empleado muy amable del tren les ofreció asientos”.
Este episodio ocurre en plena campaña de Corbyn, que se disputa el liderazgo de su formación con el parlamentario Owen Smith. La semana pasada, el Partido Laborista empezó a distribuir las papeletas con los votos para que miembros y simpatizantes de esa organización política puedan elegir a su próximo líder en las elecciones internas, por lo que la votación ya está en curso. El plazo para votar se cerrará el 21 de setiembre al mediodía, y el nombre del ganador se conocerá tres días después, cuando se celebre en Liverpool el congreso anual del partido.
Corbyn cuenta con un gran apoyo de las bases y de los sindicatos, y con el rechazo de la mayoría de los diputados laboristas, que el mes pasado le pidieron que presentara su dimisión. Smith, que fue responsable del partido en materia de Trabajo y Pensiones, es respaldado por la cúpula del laborismo. La dirección del partido le dio la espalda a Corbyn después del referéndum que definió la salida de Reino Unido de la Unión Europa. En su opinión, el dirigente no se implicó lo suficiente en la campaña favorable a la permanencia en el bloque -la línea oficial que defendía el laborismo-, y esto pudo haber favorecido la victoria del brexit.
Las últimas tres encuestas difundidas estuvieron encabezadas por Corbyn, que en todas obtuvo un apoyo de hasta 60% entre los votantes laboristas. Sin embargo, Smith está ganando terreno en el resto de la población, lo que refleja, en caso de que el actual líder vuelva a ser elegido, un posible problema para el laborismo de cara a las próximas elecciones generales.