Uruguay y Argentina oficializaron su candidatura conjunta para organizar el Campeonato Mundial de Básquetbol del año 2023. “Quizá muchos piensen que nuestro país no está preparado para esto, sobre todo a nivel de infraestructura, pero de acá a 2023 pueden pasar muchas cosas en el mundo del básquetbol. A lo mejor aprueban un cambio de reglamento para que se jueguen los partidos con la cancha mojada por la lluvia así se hace más interesante. Si es así, casi te diría que los estadios uruguayos están mejor preparados que los de cualquier otro país”, aseguraron desde la Federación Uruguaya de Basket-Ball.
Varios economistas y politólogos también ven un panorama “complicado” en caso de que los dos países se embarquen en una aventura conjunta. “Por la forma en que está evolucionando el Mercosur, lo más probable es que en 2023 ya no haya libre tránsito de bienes, ni de personas, ni de nada. Un equipo que juegue en una sede argentina y después tenga que viajar a Uruguay no va a poder llevar ni las pelotas, y mucho menos los championes, que siempre es un tema complejo en los acuerdos de libre comercio fallidos”, aseguró un investigador de la Universidad de la República.
Pero los posibles inconvenientes que podría tener Uruguay a la hora de albergar un evento de tales características son vistos por muchos como “algo positivo”. “Si hacemos un mundial de básquetbol va a ser un desastre tan grande que se va a abandonar la pavada del 2030”, aseguró el presidente de un club de fútbol de Primera División en referencia a la posible candidatura conjunta de Argentina y Uruguay para organizar el Campeonato Mundial de Fútbol de ese año. El dirigente reconoció que hasta hace poco creía que este proyecto era “un delirio total, una especie de broma de mal gusto que siguió su curso porque nadie se lo tomó demasiado en serio”, pero explicó también que, “después de ver cómo Donald Trump se transformó en presidente de Estados Unidos, me di cuenta de que lo mejor es no jugar con esas cosas”.