El presidente argentino, Mauricio Macri, calificó de “histórico” el acuerdo alcanzado para establecer un plan de explotación del yacimiento de hidrocarburos Vaca Muerta. “Acuerdos de este tipo necesitamos en todo el país y en todos los sectores”, dijo.

Ese convenio, en el que participaron el gobierno argentino, el de la provincia de Neuquén, sindicatos petroleros y empresas del sector, implica una reducción de los costos de la actividad, en particular el que las empresas destinan a salarios, a cambio de una promesa de inversiones por 5.000 millones de dólares para 2017, según informaron los diarios argentinos Página 12 y La Nación. Al presentar el acuerdo, Macri dijo que va a causar “una verdadera revolución del trabajo”.

El secretario de Coordinación de Políticas Públicas, Gustavo Lopetegui, dijo a La Nación: “No sólo se trata de un caso testigo para este año, sino para lo que viene en la Argentina. El año pasado normalizamos las variables macroeconómicas, como la inflación y el déficit, y ahora vamos a lo micro. Tenemos que ver cómo mejorar la competitividad sector por sector”. Las próximas negociaciones de este tipo podrían apuntar al sector textil, el de las empresas automotrices, el sindicato de mecánicos y el de la construcción.

Si bien el periódico aclaró que cuando el gobierno habla de superar la “falta de competitividad” no se refiere sólo a los salarios, se establecieron en este acuerdo varios mecanismos que impactan en las remuneraciones de los trabajadores. Lo que establece el convenio para Vaca Muerta es un agregado al convenio laboral vigente para los yacimientos petroleros no convencionales de Neuquén, Río Negro y La Pampa, pero se concentra específicamente en ese yacimiento.

Algunos puntos acordados ya estaban en discusión, por iniciativa de las empresas. Uno de los cambios que se establecen es la eliminación de las llamadas “horas taxi”, por las cuales se pagaba por el tiempo de traslado que tienen los empleados para ir y volver del trabajo. También se reduce el mínimo de trabajadores por pozo; se eliminan las horas extra y las jornadas laborales de fines de semana y feriados, que implicaban un pago doble o mayor; y las tareas nocturnas se incorporan a la jornada común.

Además, se establece que la actividad se detendrá cuando haya vientos de 60 kilómetros por hora, y no cuando llegan a 30 kilómetros, como hasta ahora.

Uno de los participantes en las negociaciones, Guillermo Pereyra, secretario general del sindicato de Petróleo y Gas de Neuquén, Río Negro y La Pampa (y senador por el Movimiento Popular Neuquino), dijo que el convenio colectivo actual no se altera por este acuerdo y que “no hay flexibilización laboral”.

Por su parte, Macri, al presentar el resultado de esta negociación dijo públicamente: “Con Guillermo empezamos a hablar hace varios meses sobre la necesidad de cambiar esa Argentina chica, del miedo, en la que cada uno quiere aferrarse a lo que tiene, que cree que es una pequeña ventaja y que nos impidió crecer”.

En cambio, Héctor Daer, uno de los integrantes del triunvirato que dirige la principal central sindical de Argentina, la Confederación General del Trabajo (que además es diputado massista), consideró que el acuerdo es un “intento de precarizar el mercado de trabajo”, y rechazó “cualquier intento” de ese tipo.

También Jorge Ávila, secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Chubut (la otra provincia en la que se extiende Vaca Muerta, además de las que representa Pereyra), cuestionó el acuerdo, según informó la agencia de noticias Efe. Los trabajadores de Chubut no estuvieron presentes en la negociación.

Ávila dijo a la radio Delta que el acuerdo “no es conveniente para nadie” y que “es una flexibilización laboral encubierta que indudablemente, seguramente” fue acordada por “los sindicalistas y no [por] los trabajadores”. Agregó que implica “reducir salario” y poner en juego condiciones que afectan la “vida de los trabajadores”.