La existencia de un vínculo entre la investigación científica y las prácticas de enseñanza resulta importante, entre otros temas, para la mejora de los aprendizajes y lograr un sistema más inclusivo. En Uruguay no es habitual que maestros y profesores investiguen acerca de las prácticas y teorías que los involucran directamente en su día a día, y eso es algo que, aunque incipientemente, se busca revertir desde el Consejo de Formación en Educación (CFE). Dicha estrategia va de la mano con la creación de una Universidad de la Educación (Uned), ya que el rol de una universidad no es sólo la enseñanza, sino también generar conocimiento original sobre las disciplinas y fenómenos que aborda.

A comienzos de octubre, el CFE organizó sus terceras jornadas académicas, con el foco puesto en la investigación y la innovación, en las que varios docentes compartieron investigaciones en las que están participando y reflexionaron acerca de las prácticas de construcción de conocimiento. En la apertura de la actividad, hubo un panel con un perfil más político, en el que expusieron autoridades del CFE, la Universidad de la República (Udelar) y el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública.

La directora del CFE, Ana Lopater, explicó que este tipo de jornadas fueron pensadas por la institución desde 2015, cuando la Uned no estaba en la agenda gubernamental, pero, más allá de la institucionalidad, las autoridades se propusieron alcanzar el nivel universitario por la vía de los hechos. Ahora, con la Uned de nuevo en agenda, la directora consideró que el vínculo entre investigación y enseñanza toma particular importancia para la formación de los docentes, y consideró que la primera debe “impregnar” a la segunda.

Para Lopater, es necesario aspirar a una producción académica que logre publicaciones en revistas arbitradas, pero llamó a “no quedarse solamente en ese círculo”, sino a generar investigaciones bajo distintas modalidades y no sólo a partir de las metodologías y marcos teóricos dominantes.

Según la directora del CFE, desde hace más de 20 años en la educación uruguaya existen problemas para proteger las trayectorias de los estudiantes y disminuir su desvinculación del sistema, más allá que desde el Codicen se estén impulsando políticas para revertir esa situación. Para el caso particular de las carreras del CFE, señaló que existe “un rezago importante” de muchos estudiantes, y también hay problemas para lograr su retención. La jerarca consideró que este es un campo “interesante” para investigar, sobre el que los diagnósticos ya están hechos. Si bien señaló que no todas las causas de estas situaciones tienen que ver con factores del sistema educativo, hay algunos que sí, y como ejemplo mencionó el hecho de que en algunos tramos del sistema prima un modelo educativo que quizá ya no sirva para esta época.

La directora sostuvo que es necesario que los estudiantes de formación docente participen en investigaciones y que todos los docentes del CFE también lo hagan. Al respecto, concluyó que “el espíritu indagatorio no se forma si no se participa en la investigación”, en alusión a que no es suficiente con que se incorporen contenidos teóricos sobre producción científica a las diferentes currículas. En ese sentido, la jerarca anunció que el CFE tiene previsto crear un programa de investigación en acuerdo con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, más allá de los fondos concursables a los que ya llaman en conjunto.

Marco teórico

La consejera del CFE, María Dibarboure, dijo que si bien hay profesores de la institución que han llevado adelante investigaciones a lo largo del tiempo, es necesario que la actividad académica tenga “otro estatus”. Dibarboure señaló que la investigación debe estar presente en la nueva estructura curricular que el CFE está diseñando para sus carreras, pero no sólo formalmente, sino que también se requiere que los estudiantes y profesores se acerquen a la producción de conocimiento desde las distintas disciplinas que estudian.

La integrante del Codicen Laura Motta señaló que, pese a que Uruguay ha tenido docentes-investigadores que generaron productos de mucha profundidad –como Julio Castro, Miguel Soler, Reina Reyes, Enriqueta Compte y Riqué–, “siempre lo hicieron solos y tuvieron que remarla”, debido a que no había ámbitos especialmente creados para ese fin. Motta habló de la importancia del enfoque de la innovación, porque ello implica una mirada a futuro, según entendió.

La consejera afirmó que desde el Codicen existe una preocupación por el valor que tiene la educación en la sociedad, pero dijo no saber si toda la sociedad la comparte. Según dijo, actualmente se está llegando a jóvenes “a los que les cuesta quedarse sentados en un salón” y que tienen una impronta cultural de pensar “en el aquí y ahora”. En ese sentido, habló de la necesidad de generar información “seria y documentada” para generar reflexión acerca de este tipo de procesos. Esto tiene un vínculo con que, según la consejera, también se requiere abordar académicamente el tema de los aprendizajes, para los que no basta la sola voluntad del docente, porque se trata de un proceso de cada persona.

Fundamentación y antecedentes

Desde la Udelar, participaron en el intercambio la prorrectora de Investigación, Cecilia Fernández, y el decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Álvaro Rico. Para este último, “la base de una buena política de investigación son los investigadores”, quienes, por ejemplo, pueden mejorar la implementación de una mala política. Según añadió, los investigadores se forman a partir de la disciplina que estudien, y nadie nace con conocimientos que le permiten desempeñarse en ese rol. Planteó que también se necesita “vocacionales”, pero se requiere brindarles las condiciones para que puedan desarrollar su trabajo.

Rico sostuvo que pedirles a los estudiantes la realización de monografías para el pasaje de curso y tesis o tesinas para la graduación se vuelve fundamental para que los estudiantes incorporen herramientas básicas. De todas formas, advirtió que aplicarlas en forma desproporcionada puede enlentecer el tránsito de los estudiantes por sus carreras.

El decano habló de la importancia de herramientas como los llamados de iniciación a la investigación o para que estudiantes desarrollen proyectos con la tutoría de docentes. También dijo que es necesario valorar la producción de conocimiento a lo largo de toda la carrera docente, y planteó que una forma de hacerlo es otorgarle jerarquía a ese ítem en los llamados de pasaje de grado académico. De todas formas, entendió que en algunos casos se ha generado “una loca carrera hacia la competencia y el ego”, y para evitarlo debe graduarse adecuadamente el sistema de incentivos que se ofrecen.

Para Rico, generar investigaciones a medida de los investigadores como norma general no es una buena política institucional; en su lugar, dijo que es recomendable definir líneas institucionales en las que los investigadores se inserten. Además, valoró positivamente los programas que fomentan la conformación de grupos, no sólo de investigación sino también de extensión.

En su exposición, Fernández habló de que es bueno apuntar hacia la interinstitucionalidad, y sostuvo que entre los científicos y académicos, las fronteras entre instituciones se borran más fácilmente que entre las autoridades respectivas. Si bien la prorrectora planteó que la Udelar presenta muchas fortalezas en materia de producción científica, también dijo que hay algunas áreas y disciplinas que necesitan más impulso.