La gran mayoría de los uruguayos se opone a las torturas, pero quienes viven en la capital y deben utilizar el sistema de transporte público las sufren a diario. En un esfuerzo por respetar la Convención de Ginebra, la Intendencia de Montevideo hará modificaciones en los ómnibus que recorren a paso de hombre la ciudad más poblada del país.

Además de implementar protocolos de limpieza, prohibirán que los conductores tengan la radio a todo volumen. La medida fue bien recibida por los usuarios, pero duramente criticada por los empleados del transporte. “Nos están complicando la vida”, dijo a Los Informantes (diario) un chofer que no quiso identificarse y estaba muy grandote como para insistirle. “No vamos a poder obligar al pasaje a moverse al fondo como hacíamos antes”, protestó. El hombre explicó que ni bien sintonizaba el programa Malos pensamientos a un volumen altísimo. “Los pasajeros escuchaban la vocecita y corrían al fondo desesperadamente. Era muy práctico, aunque uno también tuviera que sufrirlo”, sostuvo.