Inter de Milán quedó momentáneamente en la primera posición de la Liga Italia, luego de derrotar 3-2 a Sampdoria ayer en el estadio Giuseppe Meazza, en la apertura de la décima fecha del campeonato. Con la presencia de tres jugadores uruguayos en la cancha –Matías Vecino en el equipo negriazul milanés y Gastón Ramírez y Lucas Torreira en la formación del club genovés–, los locales se impusieron gracias a dos goles del argentino Mauro Icardi y otro del eslovaco Milan Škriniar. El polaco Dawid Kownacki y Fabio Quagliarella marcaron para los perdedores. Con esta victoria Inter llegó a 26 puntos, uno más que los que suma Napoli, que hoy tendrá oportunidad de retomar el liderazgo en forma exclusiva si derrota a Genoa como visitante en el estadio Luigi Ferraris de la capital ligur.
Pero un hecho ocurrido en las tribunas y no en la cancha ha marcado el comienzo de esta nueva etapa del fútbol italiano. Sucedió que se reveló un nuevo caso de racismo que implica a la barra brava de Lazio, el grupo Irriducibili, de conspicua filiación ultraderechista. Parciales del equipo celeste romano dejaron pegotines con la imagen de Ana Frank –la célebre niña judía asesinada en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial– con la camiseta de Roma– el clásico rival de Lazio–, además de otros con leyendas antisemitas pegadas en el acrílico de la curva Sur del estadio Olímpico de la capital italiana, después del partido jugado con Cagliari el domingo. Habitualmente, los ultras laziales se ubican en la curva Norte, pero este sector estaba clausurado justamente porque hace algunas semanas desde allí se emitieron gritos racistas contra dos jugadores negros del club Sassuolo.
Así, los hinchas fueron ubicados en la curva Sur, que habitualmente se asigna a los parciales de Roma cuando su equipo es local. La situación generó el repudio generalizado desde todos los sectores de la sociedad italiana.
El presidente de la República, Sergio Mattarella, lo definió como “un acto inhumano” y “una alarma para el país”. El club Lazio también reaccionó en forma inmediata: ayer de mañana, el presidente del club, Claudio Lotito, junto a una comitiva, dejó una ofrenda floral en el memorial ubicado en la entrada de la sinagoga de Roma.
Además, Lotito afirmó que el club organizará el viaje de hinchas al campo de concentración de Auschwitz, para que conozcan de primera mano lo que ahí sucedió. De todas maneras, los autores de la acción emitieron un comunicado en el que sostienen que no se arrepienten y que esta debe ser contextualizada en el ámbito deportivo de animación, que incluye “burlas e inmadureces”.
La Policía abrió una investigación sobre el caso y lo mismo hizo la Federación Italiana de Fútbol, que además dispuso que antes de cada partido de esta etapa del campeonato, en todas las divisionales y también en las categorías juveniles se lleve a cabo un minuto de silencio y el capitán de uno de los equipos lea un fragmento del diario escrito por Ana Frank.