Las calles de la capital catalana se llenaron ayer de personas que, con banderas españolas o de la Unión Europea, se manifestaron a favor de la unidad de España y en contra de una posible declaración unilateral de independencia de Cataluña. Esa declaración iba a tener lugar hoy durante la comparecencia del presidente catalán, Carles Puigdemont, ante el Parlamento regional, para informar sobre los efectos del referéndum independentista del 1º de octubre. Sin embargo, el dirigente pidió cambiar la fecha de la sesión, por lo que está previsto que comparezca mañana, a pesar de que la instancia fue suspendida por el Tribunal Constitucional.

Bajo el lema “¡Basta! Recuperemos la sensatez”, la manifestación de ayer estaba convocada por la organización Sociedad Civil Catalana con el objetivo de que “la mayoría silenciosa que vive en Cataluña pueda salir a la calle para expresarse de forma pacífica y cívica”. Medios catalanes, como el diario La Vanguardia, aseguraron que se trató de la mayor movilización organizada por esa asociación, que se opone al independentismo. Los organizadores aseguraron que 950.000 personas desfilaron por Barcelona, aunque la Guardia Urbana redujo el número a 350.000.

Al frente de la manifestación se encontraban, entre otros, el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, el ex presidente del Parlamento Europeo Josep Borrell, el presidente del Partido Popular en Cataluña, Xavier García Albiol, y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Cuando finalizó la marcha, Vargas Llosa leyó un manifiesto en el que pedía terminar con la “marginación” de los catalanes no nacionalistas, así como con la “confrontación”, la “confusión” y el “dolor” que, a entender de los organizadores, vive la población de Cataluña con motivo del referéndum. Agregó que “la peor de las pasiones es la nacionalista”, tildó de “golpista” a Puigdemont y afirmó que la “conjura independentista no destruirá 500 años de historia” de la unidad de España ni la convertirá en un país “tercermundista”.

El presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, alentó desde Twitter a los manifestantes: “En defensa de la democracia, la Constitución y la libertad. Preservaremos la unidad de España”.

El viernes, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, alertó por primera vez a la Generalitat sobre el riesgo de que la declaración unilateral de la independencia facilite todo el marco de argumentos que permitirían a Rajoy aplicar el artículo 155 de la Constitución –que autoriza al gobierno a eliminar de manera forzada la autonomía de una comunidad autónoma–, algo que “implicaría llevar al conjunto del país a una situación de excepcionalidad”. En su lugar, insistió en propiciar el diálogo “entre todos los actores”.

El día después, el secretario general del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez, también abogó por “abrir ese espacio de diálogo donde quepa todo salvo la intransigencia, la ilegalidad y la unilateralidad”.

Sin embargo, en una entrevista publicada ayer por el diario madrileño El País, Rajoy reiteró que no está dispuesto a negociar con las autoridades catalanas “mientras no se vuelva a la legalidad”. Y advirtió que el gobierno que él lidera empleará “todos los instrumentos” legales para que España “no se divida en absoluto”. Incluido el famoso artículo 155.