Tanto en Paraguay como en Ecuador, grupos de padres vinculados con organizaciones religiosas se movilizaron en los últimos días contra contenidos educativos que consideran contrarios a sus “valores morales”. En Paraguay ya lograron una respuesta favorable del gobierno, mientras que en Ecuador salieron el sábado a las calles en defensa de esos “valores” y en nombre de los “padres de familia”.

La presión de grupos conservadores, en muchos casos identificados con organizaciones cristianas, fue determinante para que el gobierno del presidente paraguayo, Horacio Cartes, prohibiera en centros educativos “la difusión y utilización de materiales” vinculados con una “ideología de género”. Así lo creen quienes defienden a esos grupos y también quienes los critican.

Esta decisión, que afecta tanto a las escuelas públicas como aquellas que son subvencionadas por el Estado, fue adoptada la semana pasada en una resolución del Ministerio de Educación y Ciencias. Su titular, Enrique Riera, dijo a periodistas: “El ministerio no va a promover la ideología de género, como ninguna otra ideología, por ejemplo la ideología política”. De este modo, el ministro hizo suyo el concepto de “ideología de género”, que fue acuñado por organizaciones conservadoras para descalificar todo enfoque que contemple la igualdad de género y la diversidad sexual. La resolución del ministerio fue emitida después de que unos cientos de personas participaran en una manifestación frente al Parlamento para reclamar que la educación formal transmita “valores tradicionales” y pedir una interpelación a Riera.

Sin embargo, no está claro cuáles son los materiales didácticos que dejarán de difundirse. Según informó el diario ABC Color, Riera no aclaró de cuáles se trata ni en qué instituciones se utilizan. En cambio, el ministro encomendó a la Dirección General de Currículum, Evaluación y Orientación que en dos meses entregue una revisión completa de los textos educativos y emita un informe con una propuesta de “ajustes” para hacerles.

Amnistía Internacional manifestó en un comunicado que es “preocupante” que estas medidas se adopten “en el contexto del debate que ha surgido en estas semanas promovido por grupos religiosos que han propagado por diversos medios una campaña de manipulación y tergiversación de la perspectiva de género, llamándola ‘ideología de género’, tendencia que se repite en varios países de la región”.

Organizaciones sociales paraguayas manifestaron esa misma preocupación en una carta que enviaron al Ministerio de Educación y Ciencia en la que afirman que la perspectiva de género les “permite diseñar políticas públicas para la igualdad y para no seguir perpetuando la violencia contra las mujeres”. Agregan que “las voces que se alzan en contra manipulan el concepto de ‘género’ para provocar un pánico moral basado en falsedades”. Algunas de las organizaciones que firmaron la carta son la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay, Católicas por el Derecho a Decidir, Coordinación de Mujeres del Paraguay, Movimiento contra la Violencia Sexual hacia Niñas, Niños y Adolescentes y Red Paraguaya de la Diversidad Sexual.

“Bajo el malintencionado término de ‘ideología de género’ en realidad lo que se está suprimiendo es la educación para la igualdad y la no discriminación”, dijo Erika Guevara, directora de Amnistía Internacional para las Américas. Recordó además que el Estado paraguayo está obligado a promover la igualdad y la no discriminación, porque firmó diversos tratados internacionales que así lo establecen. Para Amnistía Internacional, la resolución del ministerio implica un “grave retroceso en materia de derechos humanos” en Paraguay.

En otra respuesta a la decisión oficial, asociaciones de estudiantes se movilizaron y presentaron al ministerio una carta en la que reclaman que exista una perspectiva de género en las políticas educativas y también una educación sexual con un enfoque laico y científico, informó la agencia de noticias Efe.

Una visión distinta han expuesto quienes reclamaron la medida adoptada por el gobierno de Cartes. En la manifestación que hicieron días atrás frente al Parlamento, Marcos Vergara, representante del movimiento conservador Somos Muchos, Muchos Más, dijo a esa agencia que si bien en los libros que se utilizan en los centros educativos no está muy presente lo que llaman “ideología de género”, sí hay palabras “innecesarias”, como “homosexualidad” o “bisexualidad”. Agregó: “Nosotros no estamos para discriminar, pero queremos que en la generalidad de nuestros niños la enseñanza sea en base a lo natural: varón y mujer”.

También en Ecuador movimientos como el suyo buscan presionar al gobierno. El viernes, grupos católicos salieron a las calles en Quito y Guayaquil, vestidos de blanco, en una marcha que convocaron en “defensa de la familia” y de los “valores morales”, y contra diversos proyectos de ley –uno de ellos es la Ley de Violencia y Género– que están a consideración del Parlamento y que promueven la igualdad de género y el respeto a la diversidad sexual. Sus consignas eran las mismas que han resonado en otros países: “A mis hijos los educo yo” o “Con mis hijos no te metas”.