Una ley aprobada por el Parlamento de Turquía fue interpretada como un impulso a la islamización del país. Se trata de una norma que otorga a los muftís, funcionarios religiosos musulmanes, el poder de oficiar matrimonios legales y registrar nacimientos. De este modo, las ceremonias religiosas, que los muftís ya celebraban pero que no tenían valor legal, ahora contarán con el mismo reconocimiento por parte del Estado que el matrimonio civil.

La norma fue cuestionada por representantes de la oposición política, defensores de la laicidad y activistas por la igualdad de género, y se han convocado protestas en su contra desde julio, informó la agencia de noticias Efe. Los críticos argumentan que no había necesidad de habilitar nuevas oficinas a las que acudir para casarse, y que la única intención de la nueva ley es reforzar el poder de la religión en Turquía.

La líder de la bancada del izquierdista Partido Democrático de los Pueblos (HDP), Filiz Kerestecioglu, dijo que lo que le preocupa a la Dirección de Asuntos Religiosos de Turquía, la autoridad bajo la que se encuentran los muftís, es el aumento de los divorcios, pero no así los derechos de las mujeres. “Los muftís, que han declarado públicamente que no creen en la igualdad y que las mujeres no deberían divorciarse, ahora pueden registrar matrimonios”, dijo durante la discusión parlamentaria, según citó Efe. Al momento de la votación, el HDP no acompañó la iniciativa. La ley fue propuesta por el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo, del presidente Recep Tayyip Erdogan, y contó también con los votos de los legisladores del Partido de Acción Nacionalista, de derecha.